Casa Real pide a Juan Carlos I que tenga feliz a Iñaki Urdangarin
Mientras le paguen Iñaki Urdangarin seguirá callado

La firma del divorcio de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, más que una separación, fue como si se firmara una declaración de guerra. El que fuera Duque de Palma no iba a perdonar nada de lo que le hicieron desde Zarzuela. Iñaki se siente ultrajado, atacado y menospreciado por la familia de su exmujer. En especial por el nulo apoyo que recibió durante su paso de más de cinco años por la cárcel de Brieva, donde fue trazando las líneas maestras de un plan, mediante el cual tenía claro que se cobraría la mayor de las venganzas contra los Borbón.
En este sentido, nada más salir y comenzar una nueva vida lejos de la infanta Cristina y de los Borbón, Iñaki Urdangarin comenzó a jugar con la posibilidad de hablar. Una serie de amenazas que se hicieron muy reales cuando el que fuera Duque de Palma quiso divorciarse de Cristina y para garantizar que no iba a hablar ni a revelar nada de lo que sabía sobre Zarzuela, comenzó a pedir una serie de favores realmente caros.
A Juan Carlos I le salió muy caro el divorcio de su hija
La realidad es que a Iñaki Urdangarin, lo que siempre le ha gustado, ha sido el dinero. El exmarido de Cristina ha vivido obsesionado con hacerse rico. Lo que lo llevó a formar parte del entramado del Caso Nóos y, posteriormente a pedir un pago único de 2 millones de euros, nada más firmar el divorcio, junto a un pago mensual de 25.000 euros en concepto de pensión por el divorcio. Unos datos que reveló Juan Luis Galiacho y que sirvieron para mantener callado a Urdangarin.
Cabe destacar que Juan Carlos I nunca quiso darle ni un solo euro a su ex yerno. Lo detesta profundamente y siente odio por su persona. Tener que hacerlo millonario es algo que destroza por dentro al emérito. Sin embargo, por el bien de la Casa Real y de todos sus miembros, asume el pago cada mes.
Así pues, ha sido por el bien general de la Casa Real, que Juan Carlos I ha aceptado realizar todos los pagos correspondientes para que el exmarido de la infanta Cristina pueda estar feliz y calladito.