Charlene de Mónaco pide al Príncipe Alberto que ponga a su hijo de patitas en la calle

La princesa Charlene se niega a aceptar a su hijastro

Charlene de Mónaco pide al Príncipe Alberto que ponga a su hijo de patitas en la calle

Charlene de Mónaco ha dicho basta. La princesa lleva años al límite, sobrellevando un matrimonio roto, cargado de infidelidades, rumores y desprecios. Y ahora, lo que ya era una situación insostenible, ha llegado a un nuevo nivel. Porque si hay algo que Charlene no está dispuesta a tolerar bajo ningún concepto, es ver a Alexandre, el hijo ilegítimo de su marido, compartiendo techo con ella y con sus hijos, Jacques y Gabriella.

Según han confirmado fuentes cercanas al entorno de Palacio, Charlene ha exigido a Alberto II de Mónaco que saque inmediatamente a Alexandre de su vida privada. No quiere verlo en la residencia oficial, ni en los jardines, ni cerca de sus hijos. No quiere ni que se le nombre. Para Charlene, ese joven —por muy hijo de sangre que sea del Príncipe— no forma parte de la familia real. Lo considera un intruso, una figura incómoda que no debería tener ningún tipo de presencia dentro del círculo íntimo de Palacio.

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El enfado de Charlene no es nuevo, pero sí se ha intensificado en los últimos meses, sobre todo desde que las apariciones públicas de Alexandre, como modelo y figura pública, han ido ganando visibilidad. A ojos de la Princesa, el trato que Alberto está dando a su hijo ilegítimo es preferencial, mucho más afectivo y cercano que el que tiene con sus propios hijos. Y eso es algo que no está dispuesta a permitir.

Es por eso que Charlene ha lanzado un ultimátum. No quiere ni oír hablar de convivencias, ni de reconciliaciones, ni de acercamientos. Alexandre no tiene, a su juicio, ningún derecho a pisar los mismos espacios que Jacques y Gabriella, a quienes ni siquiera conoce. Y la sola idea de que puedan compartir un mismo techo ha hecho estallar todas las alarmas.

Así pues, por ahora, Charlene de Mónaco se niega rotundamente a aceptar la presencia de Alexandre en su entorno. Y si Alberto II no da un paso atrás, está dispuesta a darlo ella. Porque si algo ha dejado claro, es que ese chico ni es ni va a ser nunca parte de su familia.