El estado físico de Leonor preocupa en San Javier

Leonor no hubiera aprobado de no ser hija de los Reyes de España

El estado físico de Leonor preocupa en San Javier

No es un secreto que el estado físico de Leonor preocupa en los círculos de San Javier. La heredera no alcanza el nivel que se espera de un cadete de tercer año y las dificultades se repiten con insistencia. No es algo nuevo ni sorprendente: ya durante su paso por la Academia Militar de Zaragoza y la Escuela Naval de Marín se detectaron carencias evidentes en resistencia, fuerza y coordinación. Lo que para cualquier alumno sería motivo de sanción o incluso de expulsión, para la princesa se ha convertido en una anomalía tolerada.

En la práctica, Leonor suspende o aprueba justo por debajo del estándar físico que exige la academia, pero oficialmente las notas aparecen como excelencia. Una discreta adaptación del régimen y la permisividad de los instructores le permiten sortear las evaluaciones más duras. Nadie duda de que su condición física es insuficiente, pero la pertenencia a la Casa Real y la intervención directa de sus tutores hacen que la situación no trascienda oficialmente. Una persona común ya habría enfrentado consecuencias mucho más duras.

Leonor

Letizia, muy pendiente de Leonor

La reina Letizia mantiene un ojo vigilante sobre su hija. No se trata solo de garantizar que apruebe las pruebas, sino de procurar que su cuerpo esté a la altura de las exigencias militares. Médicos y entrenadores coinciden: Leonor no está en su peso ideal y carece de la fuerza necesaria para afrontar el año con garantías. Sus lesiones anteriores y la falta de constancia en los ejercicios físicos complican aún más la situación.

Los problemas de resistencia y fuerza de Leonor no se limitan a la teoría: las pruebas de campo, las maniobras y las marchas largas muestran sus carencias de manera evidente. La heredera depende más de su posición que de su esfuerzo, y eso ha generado inquietud entre los instructores, que saben que, de no ser por la intervención de la Casa Real, el resultado sería otro.

Así pues, el debate sobre la preparación física de Leonor sigue abierto. La heredera no es una cadete privilegiada por naturaleza: su rendimiento depende de excepciones y concesiones. El desafío ahora es que, si no cambia sus hábitos y refuerza su forma física, el año en San Javier será una prueba que podría dejar claro que ser hija de Felipe VI no basta para garantizar la excelencia en lo militar.