El ligue de Leonor en Elcano tiene muy mala fama
Leonor ya conoce las malas costumbres de su novio de Elcano

La vuelta de Leonor al Juan Sebastián Elcano después de su paso por el Blas de Lezo no ha sido precisamente tranquila. Ni para ella ni para el joven madrileño con el que la Princesa de Asturias había iniciado un breve romance durante la anterior etapa de navegación. Porque, aunque muchos creían que ese chico le había devuelto algo de ilusión tras sus mareos y las fotos en bikini que la dejaron tocada, la realidad es muy distinta. Y todo apunta a que aquel romance de película que algunos se habían montado era, en realidad, un intento descarado de braguetazo.
El pasado viernes 3 de julio, este joven volvió a embarcar en Elcano con las ideas claras y las ganas aún más. Desde el primer día, este chico altivo y sobrado no se cortó en dejar claro que quería cazar a Leonor, con la intención de asegurarse un futuro dorado a costa de la heredera al trono. Porque si algo arrastra este personaje, es su mala fama tanto en Madrid como en Marín, donde muchos ya le conocen por sus formas de buscavidas y su afición a ligar con chicas bien para subir de nivel social a golpe de cama y carita de bueno.
Leonor se huele el interés
El ligue de Leonor, lejos de ser un joven caballeroso y leal, presume de ser un ligón que va dejando conquistas por donde pasa. Y en Elcano no ha sido distinto. Ha vuelto a por todas, con la intención de recuperar su acceso al camarote privado de Leonor y, con él, todo lo que implica estar cerca de la futura Reina de España. Pero si algo ha aprendido Leonor de Letizia, es a olfatear a los interesados a kilómetros.
La Princesa de Asturias, que ya arrastra un carácter fuerte, se ha cansado de las miradas prepotentes y del tonteo constante del madrileño. Y ha decidido marcar distancias. Porque Leonor no quiere ser la próxima víctima de un chico que muchos consideran de baja calidad y que solo busca el brillo de la Corona para asegurarse la fama y el dinero sin dar un palo al agua.
Así pues, en Elcano todos lo tienen claro: Leonor ha puesto freno antes de que sea demasiado tarde. Y el cazador de braguetazos se ha quedado sin la presa que tanto ansiaba.