El Príncipe Guillermo no quiere ser el sucesor de su padre

El empeoramiento de Carlos III invita a que se reflexiones sobre el futuro de Buckingham

El Príncipe Guillermo no quiere ser el sucesor de su padre

En Buckingham ya no esconden la preocupación, el estado de salud de Carlos III se ha agravado más de lo que se ha contado oficialmente. El Rey de Inglaterra no está respondiendo a los tratamientos contra el cáncer y el silencio que se mantiene en palacio no hace más que aumentar los rumores de que la situación podría precipitarse en cualquier momento. Tanto es así que, según cuentan fuentes cercanas, ya se están preparando discretamente para un escenario que pocos quieren imaginar, pero que todos temen: la muerte de Carlos III de forma repentina.

Un fallecimiento que abriría automáticamente las puertas del trono a Guillermo de Gales, el heredero que lleva años preparándose para este momento, pero que, lejos de querer seguir al pie de la letra el camino que ha marcado su padre, tiene muy claras sus intenciones: transformar de arriba a abajo la Casa Real británica.

guiller

El Prícipe Guillermo no quiere ser como su padre

Porque si hay algo que tiene decidido Guillermo es que no quiere ser un simple sucesor. Nada de seguir la línea continuista que Carlos III ha mantenido durante su corto reinado. El príncipe de Gales quiere marcar una nueva etapa y ha trasladado a su padre que, en caso de fallecer, no espere ver un reinado idéntico al suyo.

De hecho, Guillermo ya ha elaborado una lista de cambios que pretende aplicar desde el minuto uno, con la idea de modernizar Buckingham y acercar la monarquía a la gente, cortando de raíz muchos de los protocolos y gastos que, a día de hoy, resultan obsoletos incluso para parte de la propia familia real.

Según se comenta, Carlos III no ha puesto pegas a las intenciones de su hijo, consciente de que Guillermo quiere reinar a su manera y no a la sombra de su padre. Algo que para muchos es un claro aviso de que el Príncipe de Gales está listo para liderar y que no va a conformarse con ser una figura decorativa que simplemente continúe el legado de su padre.

Así pues, todo apunta a que, cuando llegue el momento, Guillermo de Gales está preparado para llevar a cabo una revolución silenciosa en Buckingham, demostrando que no ha nacido para ser un mero heredero, sino para ser un rey con voz propia.