El Príncipe Guillermo toma medidas drásticas contra el Príncipe Harry
Los títulos de Duques de Sussex están en peligro
El futuro de Meghan Markle y el príncipe Harry vuelve a estar en el aire. La pareja que un día desafió a la familia real británica podría enfrentarse a una decisión drástica: ser despojados de sus títulos de Alteza Real cuando Guillermo ascienda al trono. Una advertencia que resuena en los pasillos de Buckingham y que amenaza con cortar, de una vez por todas, los últimos hilos que los atan a la Corona.
Y es que desde aquel 2020 marcado por el famoso Megxit, nada volvió a ser igual. Harry y Meghan decidieron dar un portazo histórico, marcharse de Londres y levantar su vida en California, bajo el sol de Montecito. Allí criaron a Archie y recibieron a Lilibet, construyendo una rutina propia entre contratos millonarios, entrevistas incendiarias y un estilo de vida que ha provocado más de un dolor de cabeza en la monarquía. Lo que parecía un nuevo comienzo se transformó en una grieta imposible de cerrar.

El Príncipe Guillermo no perdona a su hermano
De este modo, la distancia con los Windsor no ha hecho más que aumentar. La fallecida Isabel II les concedió la libertad con cierta comprensión, mientras que el actual Carlos III ha tratado de mantener la calma sin alimentar más tensiones. Sin embargo, su heredero no piensa igual. Guillermo considera que los Sussex han explotado su posición sin asumir las responsabilidades que esta conlleva, y ve inaceptable que sigan utilizando el título concedido por la Reina el día de su boda para sus negocios y apariciones públicas.
La realidad es que, para el futuro monarca, se trata de una anomalía. Permitir que quienes renunciaron a la institución se beneficien de su prestigio es, según él, una incoherencia que erosiona la credibilidad de la Corona. Mientras su padre opta por la contención, Guillermo está decidido a marcar una línea clara: acabar con los privilegios de quienes decidieron marcharse.
Así pues, si el príncipe cumple su palabra, el golpe será simbólico y demoledor. Harry y Meghan perderían no solo el tratamiento de Alteza Real, sino el último lazo formal que aún los vincula a la realeza. El mensaje quedaría grabado a fuego: con Guillermo en el trono, no habrá espacio para medias tintas ni para vivir del apellido.