El Príncipe Guillermo y Kate Middleton se han negado a aceptar de nuevo a Harry
Los Príncipes de Gales tienen motivos para rechazar su regreso
Mientras Carlos III y Harry protagonizaban un encuentro cargado de emoción, hubo dos ausencias imposibles de ignorar. Ni Guillermo ni Kate Middleton estuvieron presentes en Buckingham durante esos 19 minutos que podrían cambiar la historia reciente de la familia real británica. Su decisión, lejos de ser casual, responde a heridas aún abiertas y a posiciones difíciles de reconciliar.
Y es que Guillermo, el heredero, mantiene firme su determinación: no perdona a su hermano ni está dispuesto a hacerlo en el corto plazo. Las confesiones públicas de Harry, los libros, entrevistas y gestos que pusieron en entredicho a la Corona, pesan demasiado sobre sus hombros. Para él, tender la mano significaría traicionar un legado que siente como una carga y una misión al mismo tiempo. Algo que no está por la labor de hacer, al menos, por ahora. Ni por el bien de Carlos III.

Kate se niega a aceptar de nuevo a Meghan Markle
De este modo, Kate Middleton también se mantiene al margen, pero sus razones son diferentes. La princesa de Gales, siempre discreta, habría señalado en privado que no puede aceptar el papel que Meghan desempeñó en la ruptura familiar. Según fuentes cercanas, Kate considera que mientras los duques de Sussex sigan juntos y no haya un gesto claro de arrepentimiento, cualquier intento de reconciliación es inviable. Para ella, el perdón solo será posible si Meghan asume su responsabilidad o si el matrimonio llega a su fin.
La realidad es que estas posturas endurecen el camino hacia un entendimiento completo. Mientras Carlos III se abre paso con el corazón en la mano, sus esfuerzos parecen chocar con un muro levantado por el resentimiento y la desconfianza. La familia, dividida en facciones invisibles, vive entre gestos de afecto y silencios que gritan más que las palabras.
Así pues, aunque el abrazo entre padre e hijo parezca iluminar un sendero hacia la paz, la ausencia de Guillermo y Kate Middleton recuerda que la reconciliación total está lejos de alcanzarse. El peso de las heridas, los reproches no pronunciados y las condiciones impuestas siguen marcando el pulso de un drama que, por ahora, no encuentra su final feliz.