El Príncipe Guillermo ya ha comunicado a Carlos III que no va a ser su sucesor
Los planes del Príncipe Guillermo pasan por un reinado muy diferente al de su padre
La llegada de Carlos III al trono de Reino Unido no supuso ningún cambio de rumbo especialmente grande para la Casa Real de Gran Bretaña. El sucesor de Isabel II nunca ha estado por la labor de implantar ninguna diferencia especialmente grandes respecto del mandato de su madre. Una decisión, la de Carlos III que, a pesar de no ser sorprendente sí que ha dejado frío a más de un ciudadano, ya que se esperaba una ligera modernización de Buckingham. Una esperanza que ahora pasa por la llegada del Príncipe Guillermo al trono.
En este sentido, tal y como han revelado fuentes cercanas a la Casa Real de Gran Bretaña, el propio Guillermo ya habría transmitido a su entorno más cercano, que su plan, una vez llegue al trono de Gran Bretaña va a ser el de implementar una profunda renovación en Buckingham para adaptarse de la mejor manera posible a los nuevos tiempo y así dejar de ser una institución tan chapada a la antigua.
Es por este motivo que, no son pocos los que aseguran que Guillermo de Gales no va a ser un simple sucesor continuista de Carlos III. Si no que si es capaz de llevar a cabo su plan, va a ser un revolucionario y el encargado de llevar a la Casa Real de Gran Bretaña al siguiente nivel, convirtiéndola en una institución moderna y aceptada en la gran mayoría de estamentos de la sociedad inglesa.

Guillermo va a cambiar el legado de Isabel II
A pesar de que es considerada una de las grandes reinas de la historia de la Casa Real de Gran Bretaña. Guillermo de Gales está listo para cambiar y reventar parte del legado de su abuela. Y es que como han definido muy bien en Reino Unido, el Príncipe Guillermo quiere que Realeza ya no se escriba en mayúscula. Quiere ser uno más en la sociedad y ser mucho más cercano. Algo que hasta ahora había sido impensable.
Así pues, el Príncipe Guillermo rechaza ser un simple sucesor de su padre, quiere revolucionar Buckingham y convertir la Casa Real de Gran Bretaña en una institución con la que los ciudadanos se sientan representados tanto a nivel nacional como internacional.