El Prínicpe Harry ha contado los motivo que han roto su relación con Carlos III

El Duque de Sussex lo pasó muy mal por culpa de su padre

El Prínicpe Harry ha contado los motivo que han roto su relación con Carlos III

En 2020, el mundo se sacudió con un comunicado sin precedentes: el príncipe Harry renunciaba a su vida en la Casa Real británica. Junto a Meghan Markle y su hijo Archie, abandonaba las funciones oficiales y emprendía un nuevo camino en Estados Unidos. Desde entonces, se han tejido mil teorías, pero detrás de esa decisión había una herida mucho más profunda: la soledad y la ausencia de apoyo cuando más lo necesitaba.

La fractura comenzó a gestarse en 2019, durante la gira oficial por Sudáfrica. Allí, bajo la presión mediática, Harry y Meghan empezaron a mostrar grietas emocionales. El acoso de la prensa británica se volvió insoportable y, con el regreso a Londres, la joven madre se convirtió en diana de ataques crueles, en titulares cargados de veneno que cuestionaban todo: su maternidad, su origen, su actitud. Lo que debería haber sido un periodo de felicidad tras el nacimiento de Archie se transformó en una pesadilla pública.

CArlos III

Carlos III nunca apoyó a su hijo

Y es que, en medio de ese fuego cruzado, Buckingham optó por el silencio. El entonces príncipe de Gales, hoy Carlos III, no levantó la voz ni una sola vez para defender a su hijo o a su nuera. No pidió contención a los medios, no intercedió, no ofreció amparo. Para Harry, ese vacío fue un golpe devastador, la traición que selló su decisión. Se sintió expuesto, abandonado y, sobre todo, incomprendido por la persona de la que esperaba protección: su propio padre.

De ese dolor nació Archewell, la fundación que hoy lideran Harry y Meghan, enfocada en la salud mental y en la lucha contra el aislamiento. Para el duque, no era solo un proyecto: era la forma de transformar en acción el sufrimiento vivido. Porque lo que para muchos fue un gesto de rebeldía contra la corona, para Harry fue, en realidad, una cuestión de supervivencia emocional.

Así pues, la huida de Harry no fue un capricho ni una estrategia mediática. Fue la consecuencia de un silencio que pesó más que cualquier crítica. Mientras Carlos se aferraba a la tradición y a la neutralidad, su hijo entendió que no podía criar a sus hijos en un entorno que permitía tal nivel de hostilidad. Y desde entonces, aunque intente rehacer su vida en California, sigue cargando con esa certeza amarga: la herida no cicatriza, porque lo que dolió no fue la prensa… fue el silencio de su padre.