Empelados de Zarzuela comunican a su hijo el empeoramiento repentino de la reina Sofía
Una aparición reciente de la reina Sofía reaviva la atención sobre su papel y su fortaleza en un momento delicado
La reina Sofía ha vuelto a ser noticia. Esta vez, no por su agenda ni por su carácter institucional impecable, sino por su salud. El pasado lunes, durante un acto en la base aérea de Torrejón de Ardoz, doña Sofía sufrió un pequeño tropezón al subir un escalón. Fue leve, pero significativo. Vestida de negro y con tacones muy bajos, la madre de Felipe VI mostró, más allá de su firmeza habitual, un cansancio evidente. Algunos momentos la delataban: dificultad al caminar, movimientos lentos, mirada algo perdida. No es nuevo. Ya en verano, en Palma, sufrió un mareo y tuvo que ser ayudada por su nieta Leonor.
Pero ahora, la preocupación ha crecido. Quienes la ven cada día, los empleados de Zarzuela, han notado un cambio en las últimas semanas. Menos movilidad, más silencios. Ellos han sido los primeros en alertar. Y han decidido dar un paso al frente: han informado directamente a su hijo, el rey Felipe VI, del deterioro repentino de la emérita. No por alarmismo, sino por responsabilidad. Porque conocen a doña Sofía, su rutina, su energía... y también sus caídas, cada vez más frecuentes.

Agenda pública, pero salud frágil
A pesar de todo, la reina sigue cumpliendo con su agenda. Lo hizo este lunes y lo hará también esta semana en otros actos previstos. Pero hay algo que ya no se puede ocultar: necesita cuidados. Tiene 85 años, ha perdido apoyos clave, como su fiel asistente Marisa Satrústegui, fallecida este verano, y enfrenta un momento complicado también en lo emocional. La reciente publicación de audios entre Juan Carlos y Bárbara Rey ha reabierto viejas heridas, justo cuando Sofía más necesitaba tranquilidad.
Su gesto ante las cámaras sigue siendo firme, casi desafiante. Pero quienes la rodean cada día saben que no todo está bien. Lo que antes eran traspiés aislados, ahora se repiten. Y aunque Zarzuela lo maneja con discreción, hay una verdad que empieza a pesar: la reina Sofía está más frágil que nunca.
Felipe VI, según fuentes cercanas, ya está al tanto. Habrá que ver si, a partir de ahora, su madre empieza a descansar más... o si sigue aferrándose a la vida pública como escudo ante la fragilidad que, esta vez, no ha podido disimular.