Felipe VI, como Letizia, se ha retocado la cara en el especialista que trata a las famosas de Madrid
Cómo la Casa Real cuida su imagen a través de retoques discretos pero efectivos
Felipe VI ha cambiado. Y no solo en lo institucional. Quien lo haya observado últimamente en fotos públicas, habrá notado algo distinto. Una sonrisa más amplia, más blanca. Según el veterano periodista Jaime Peñafiel, el rey ha pasado por manos del doctor Coppel, un reconocido especialista de Madrid, famoso entre actrices, presentadoras y ahora, también, entre la realeza.
No es un secreto que la imagen importa, sobre todo en la Corona. Felipe arrastraba un problema evidente: una dentadura oscura, desalineada, que contrastaba con su rol como jefe del Estado. En actos públicos solía contener la risa, quizás consciente del efecto de sus dientes poco cuidados. Una foto exclusiva de 2019 mostraba sin filtros esa realidad: dientes amarillos y una sonrisa tímida.
Eso ha cambiado. En una reciente escapada a la nieve, sin Letizia, apareció en la portada de ¡Hola! luciendo una sonrisa perfecta. Como salido de un anuncio de dentífrico. Peñafiel no lo deja pasar: "Una insólita imagen del Rey carcajeándose… si observamos la fotografía, descubrimos que algo ha cambiado en su rostro".

Una familia de retoques
Letizia fue la primera. Su transformación ha sido evidente desde hace años. Nariz, pómulos, mentón, sonrisa. Todo ha sido afinado para parecerse más a una reina de Instagram que a la periodista que conocimos en TVE. Su belleza, ya destacable, ha sido reesculpida con bisturí. Tiene una imagen impecable, pero ha perdido naturalidad.
Felipe ha seguido ese camino. Ya no es solo el rey serio, distante. Ahora también parece más cercano, más fotogénico. Su cambio, aunque menos drástico que el de Letizia, ha sido clave: arreglar la boca le ha devuelto seguridad. Y no son los únicos. Leonor, la heredera, también ha pasado por tratamientos dentales. De adolescente sufrió agenesia, una condición que le impidió desarrollar algunos dientes. Ortodoncia, implantes y brackets fueron parte de su proceso.
La familia real vive bajo el foco constante. Representan a España, y por eso se les exige ética, ejemplaridad… y una imagen perfecta. En esta era de pantallas y redes, todo cuenta. Incluso los dientes. En la monarquía del siglo XXI, donde la imagen es casi tan importante como la institución, hasta la sonrisa del rey se convierte en un asunto de Estado y de estética cuidadosamente planificada.