Felipe VI hereda la enfermedad de los Borbones
Un nuevo capítulo en la vida del monarca tras un emotivo momento familiar

Felipe VI ha retomado su agenda institucional tras acompañar a su hija Sofía en su graduación en Gales. Un momento emocionante para el monarca, que ya ve cómo sus hijas dejan atrás la niñez. La infanta todavía no ha confirmado en qué universidad continuará sus estudios, aunque sí se sabe que no seguirá la formación militar como su hermana, la princesa Leonor.
El rey, al recordar su juventud, ha revivido una etapa crucial: cuando se preparaba para asumir el trono. Hace ya más de diez años que se convirtió en jefe de Estado y desde entonces ha cumplido con rigor sus funciones. Sin embargo, lo que pocos sabían es que Felipe VI ha tenido que enfrentarse en silencio a un desafío personal: una enfermedad neurológica que, según apuntan varios estudios, forma parte del legado de los Borbones.
Narcolepsia: la sombra silenciosa del rey
Felipe VI padece narcolepsia. Se trata de una afección neurológica que provoca somnolencia extrema durante el día y episodios repentinos de sueño. En algunos casos, como el suyo, se acompaña de debilidad muscular ligada a emociones fuertes. Esta condición, lejos de ser una simple anécdota, ha condicionado su vida desde la infancia.
Ya en el colegio, los profesores advertían que el joven Felipe se dormía en clase con frecuencia. Su rendimiento académico se veía afectado, y sus padres, los reyes eméritos, recibieron más de una queja. A medida que fue creciendo y asumiendo responsabilidades, la enfermedad quedó más expuesta. En ciertos actos oficiales, el rey llegó a quedarse dormido, algo que generó inquietud en su entorno.
La narcolepsia no tiene cura, pero sí tratamiento. Felipe VI lleva años bajo supervisión médica, con medicación y un estilo de vida adaptado. Ha sido una lucha constante para que la enfermedad pase desapercibida, especialmente en el exigente contexto institucional. Un estudio publicado en Neurology Perspectivas apunta a la endogamia histórica de los Borbones como posible causa de algunas patologías hereditarias. Así, lo que parecía solo una cuestión médica, se convierte también en un asunto dinástico.
Felipe VI sigue cumpliendo con su deber, pero lo hace cargando con un peso invisible. Uno más de los muchos que le impone la corona.