Felipe VI lleva 21 años acudiendo a la misma cita todos los domingos, si no está en Madrid se conecta online

La misa de Zarzuela es algo que no puede perderse

Felipe VI lleva 21 años acudiendo a la misma cita todos los domingos, si no está en Madrid se conecta online

Mientras recorre las localidades devastadas por los incendios que han arrasado miles de hectáreas en España, Felipe VI demuestra que su labor como monarca va más allá de los protocolos y las apariciones públicas. Entre visitas a bomberos, encuentros con vecinos y la evaluación de los daños, el Rey mantiene también un vínculo personal que pocas veces se ve: su inquebrantable compromiso con la misa dominical, una tradición familiar que sigue desde hace más de dos décadas.

A diferencia de la reina Letizia, declarada agnóstica y centrada en su propia agenda, Felipe VI continúa obedeciendo la costumbre heredada de su madre, la reina Sofía, profundamente católica. Todos los domingos, el monarca reserva un espacio en su agenda para conectarse a la misa familiar, que reúne, aunque sea virtualmente, a doña Sofía, a Irene de Grecia e incluso a Juan Carlos I, que participa a través de videollamada cuando las circunstancias lo exigen. Ni los escándalos, ni las tensiones internas de la Casa Real, ni la urgencia de sus desplazamientos oficiales han logrado romper este hábito.

Felipe

Una tradición que viene de familia

Fuentes cercanas aseguran que esta tradición va más allá de la fe: es un acto de unión familiar y un gesto de lealtad hacia la reina emérita, que atraviesa un momento delicado de salud y encuentra en estas misas un refugio frente a la soledad y el silencio. Felipe VI lo sabe y, incluso en medio de la urgencia de atender a los afectados por los incendios, hace lo posible por mantener vivo ese vínculo, ya sea de forma presencial o mediante conexión digital.

De este modo, mientras supervisa los trabajos de reconstrucción, conversa con vecinos y muestra cercanía con los damnificados, el Rey combina su papel institucional con su compromiso personal. La fe y la tradición se entrelazan con la responsabilidad del cargo, recordando que, detrás del protocolo, existe un hombre que se preocupa por su familia y por su país.

Así pues, entre la tragedia de los incendios y la presión de la corona, Felipe VI sostiene la fe de su madre como un acto de cariño y gratitud. Una rutina discreta pero esencial, que sigue siendo el hilo invisible que mantiene viva la conexión familiar en la Casa Real española.