Felipe VI pide a su padre que tenga a Iñaki Urdangarin contento

Juan Carlos I y la infanta Cristina mantienen callado a Iñaki Urdangarin

Felipe VI pide a su padre que tenga a Iñaki Urdangarin contento

Durante su paso por prisión, Iñaki Urdangarin se dedicó a ir escribiendo en un libro, todos los secretos que conocía de Zarzuela. Un documento que, de salir a la luz, podría acabar con la Casa Real y con la estabilidad en la que se encuentran Felipe VI y el resto de los Borbón. Es por este motivo que desde Zarzuela no han escatimado en esfuerzos a la hora de evitar que el que fuera Duque de Palma se vaya de la lengua y revele los secretos que se esconden en la Casa Real de España.

En este sentido, tal y como ha afirmado Juan Luis Galiacho, toda información tiene valor. Y la que maneja Urdangarin vale mucho dinero. En el caso de la que tiene el exduque de Palma, estamos hablando de un valor de dos millones de euros y otros 25.000 euros mensuales en concepto de pensión. Es decir, que gracias a todo lo que sabe y no cuenta, Iñaki Urdangarin se ha hecho millonario.

En este sentido, tal y como hemos podido saber, nada más enterarse de que Iñaki Urdangarin tenía información comprometedora sobre él y su esposa, Felipe VI tomó cartas en el asunto e instó a Juan Carlos I y a la infanta Cristina a hacer todo lo necesario para mantener calladito a Iñaki Urdangarin. Evitando así que toda esa información acabe saliendo a la luz.

Iñaki

Felipe VI teme por la venganza de Urdangarin

La realidad es que después de haberlo dejado tirado en prisión, Felipe VI tenía mucho miedo de la sed de venganza por parte de su excuñado. Y es que el Rey de España sabe que se ha ganado el odio por parte de que fuera Duque de Palma. Por lo que comenzó a desarrollar un gran pánico a que el exmarido de Cristina se fuera de la lengua y acabara con la Casa Real al revelar secretos muy delicados.

Así pues, para evitar sustos y problemas mayores, Felipe VI pidió a Juan Carlos I y a la infanta Cristina que se encargaran de tener contento y calladito a un Iñaki Urdangarin al que hay que mantener satisfecho económicamente para que no se vaya de la lengua y ponga en apuros a la Casa Real.