Felipe VI pidió a su madre, la reina Sofía, que rompiera con su amante
La emérita encontró en él una vía de escape de su matrimonio con Juan Carlos I

El matrimonio entre la reina Sofía y Juan Carlos I siempre fue una auténtica pesadilla para la emérita. Detestaba con todas sus fuerzas a su marido y no soportaba nada de lo que tuviera que ver con don Juan Carlos. El emérito la sometió a una serie de infidelidades, humillaciones y faltas de respeto tan grandes que llevaron a doña Sofía a vivir sumida en una depresión constante. Se sentía hecha de menos y constantemente pisoteada por los que debían ser sus aliados. Sin embargo, fue todo lo contrario, ya que su marido se acabó convirtiendo en el mayor enemigo posible para la reina Sofía.
Ante esta pesadilla, la madre de Felipe VI encontró en otro hombre todo lo que no tenía en Juan Carlos I. La reina Sofía conoció a Alfonso Díez, un hombre con el que, según Pilar Eyre, formó una conexión ideal en todos los aspectos posibles. Su relación, aunque secreta, siempre fue idílica. No se peleaban, pensaban igual, se respetaban y había un amor latente que nunca pudo hacerse oficial por las circunstancias personales de ambos. Ella estaba casada con el Rey y él con la Duquesa de Alba. No se podía hacer nada públicamente.
Felipe VI, obligado a poner fin a la relación
Fue después de muchos años de encuentros secretos que Felipe VI tuvo que hablar con su madre. Alfonso Díez no es un hombre que odien en Zarzuela, lo ven con cierta indiferencia y sin grandes problemas. Sin embargo, la Casa Real no se podía permitir que la emérita también se viera envuelta en rumores sobre infidelidades y relaciones extramatrimoniales. Por lo que le pidió que, por favor, pusiera fin a su relación de amor secreto con un Alfonso Díez al que siempre se ha acusado de ser un rompecorazones.
En este sentido, a pesar de las peticiones por parte de Felipe VI, Sofía era incapaz de romper por completo con Alfonso, sentía demasiadas cosas por él y la hacía sentir demasiado cómoda. Es por este motivo que, dejando de ser amantes, pasaron a tener una relación de amistad, se llevan muy bien y ahora entre ellos no hay nada más que una bonita amistad.
Así pues, fue por Felipe VI que la reina Sofía se vio obligada a poner fin, a contracorazón, a una de las relaciones que más feliz podría llegar a hacerla.