Felipe VI propone dos lugares para enterrar a Juan Carlos I fuera de El Escorial
El debate sobre el lugar de descanso final del rey emérito sigue abierto entre discreción, tradición y tensiones familiares

Juan Carlos I, con 86 años y una salud delicada, ya piensa en lo inevitable: su muerte. Lo hace con claridad y con una petición firme. Quiere ser enterrado en el Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial. Allí descansan la mayoría de los monarcas españoles, y él se considera con derecho a ocupar un lugar junto a ellos. También sus hijas, las infantas Elena y Cristina, apoyan este deseo. Sin embargo, la realidad es otra. El panteón está completo, y aunque sus hijas han propuesto ampliarlo, no se contempla esa opción.
Felipe VI, su hijo y actual rey, se enfrenta así a una decisión incómoda. No quiere enfrentamientos públicos, pero tampoco parece dispuesto a cumplir al pie de la letra la voluntad de su padre. Sabe que El Escorial no es una alternativa viable. Además, el Gobierno aún no ha definido qué tipo de ceremonia se le ofrecerá al rey emérito, pero se descarta algo similar al funeral de Isabel II. Lo más probable es que sea un acto sobrio, con honores militares, pero sin el tratamiento de jefe de Estado.
Dos nuevas opciones sobre la mesa
Ante este escenario, Felipe VI ha hecho una propuesta: enterrar a su padre en uno de dos lugares fuera de El Escorial. La primera opción es la Catedral de La Almudena. Se trata de un templo emblemático en Madrid, cargado de simbolismo. Allí se casaron los reyes, y podría ser un lugar digno para despedir al monarca emérito. Además, permitiría que el público pudiera rendirle homenaje.
La segunda alternativa es más privada: habilitar un espacio específico dentro del Palacio Real. Esta opción busca un equilibrio entre la dignidad que merece un exrey y la necesidad de discreción. Mantendría el vínculo con la monarquía sin generar polémica.
Pero ninguna de estas opciones ha sido aceptada por Juan Carlos. Él solo quiere El Escorial. Para él, es una cuestión de legado, de historia, de orgullo. El tiempo dirá si prevalece su voluntad o la del presente. Mientras tanto, la decisión sigue en el aire. El rey emérito lo tiene claro: no quiere homenajes a medias ni entierros alternativos, solo El Escorial.