Froilán, bochorno en vacaciones: “Se tambaleaba” y Felipe VI pide a su hermana que no ocurra más o no vuelve

Felipe VI se ha hartado de las malas costumbres de Froilán

Froilán, bochorno en vacaciones: “Se tambaleaba” y Felipe VI pide a su hermana que no ocurra más o no vuelve

El verano de Froilán parecía transcurrir como siempre: entre Ibiza, Madrid y Marbella, rodeado de amigos, fiestas privadas y noches largas. Pero un nuevo episodio ha terminado por encender todas las alarmas en Zarzuela. Según un testigo presencial, en una de esas salidas “no se tenía en pie”. La escena fue tan evidente que el comentario ha llegado hasta oídos de Felipe VI, provocando un enfado monumental.

Y es que el sobrino del rey había aprovechado un descanso en Abu Dabi, donde reside desde hace tiempo, para pasar parte de la temporada en España. Su intención, al menos sobre el papel, era disfrutar de unos días más tranquilos y cuidar su imagen con la vista puesta en un posible regreso definitivo a Madrid. Sin embargo, la realidad ha sido otra: un patrón que se repite, marcado por el exceso y el descontrol. Algo que ha formado parte de la vida de Froilán desde siempre.

Felipe

Felipe VI ya ha dicho basta

De este modo, Felipe VI decidió intervenir personalmente. Llamó a su hermana, la infanta Elena, y le trasladó un mensaje breve pero contundente: esta situación no puede volver a repetirse. Y fue más allá. Si Froilán protagoniza otro escándalo de este tipo, no habrá opción de retorno. Su estancia en Abu Dabi, que él considera un exilio forzado, podría convertirse en definitiva.

La infanta Elena vuelve así a soportar las críticas por la falta de control sobre su hijo. En su entorno, algunos aseguran que ya no sabe qué más hacer para reconducirlo, mientras otros apuntan a que él mismo no termina de asumir las consecuencias de sus actos. Cada noche de excesos y cada rumor amplificado lo alejan un paso más de la vida que tanto quiere recuperar.

Así pues, el que debía ser un verano para pasar desapercibido ha acabado en un nuevo bochorno. En Zarzuela, la paciencia con Froilán está prácticamente agotada. El mensaje está claro: o cambia de rumbo y demuestra que puede comportarse, o se quedará lejos de España más tiempo del que jamás imaginó. Una advertencia seria que, esta vez, podría ser la última.