Froilán lleva más de un mes viviendo de incógnito en España
Aparece brevemente en España tras semanas fuera de la vista pública
Durante más de un mes, Froilán ha mantenido un perfil bajo en España, moviéndose entre Madrid y Sanxenxo con la máxima discreción. El joven, nieto de don Juan Carlos, ha estado principalmente en Abu Dabi, donde tiene un trabajo que se podría considerar prestado, colocado por su abuelo, aunque su actividad allí es mínima. Sin embargo, este fin de semana decidió trasladarse al norte del país para acompañar al emérito y disfrutar de su pasión por la vela.
A diferencia de otras ocasiones, su presencia pasó casi desapercibida. No hay imágenes de sus actividades y sus apariciones públicas han sido breves y controladas. Solo fue captado en el aeropuerto de Vigo, donde se mostró cercano y cordial con la prensa. Froilán incluso comentó sobre las memorias de su abuelo, mostrando agradecimiento por las palabras que le dedica y desmintiendo cualquier molestia por la publicación. Su paso por Sanxenxo fue silencioso, acompañado también por otros familiares del emérito, como Alfonso y María Zurita, quienes aprovecharon la visita para compartir tiempo con don Juan Carlos.

Entre Abu Dabi y Madrid: un joven con planes frustrados
Aunque Froilán se ha movido con libertad, su intención de residir de manera permanente en Madrid se encuentra limitada. Su madre se lo impide, mientras que Felipe VI tampoco parece querer que se establezca en España de manera definitiva. Esto ha obligado al joven a ir y venir, adaptándose a los planes familiares y a la disponibilidad de su abuelo, que sigue siendo su principal apoyo.
Su vida en Abu Dabi, aunque tranquila y sin grandes responsabilidades, contrasta con el deseo de Froilán de tener un espacio propio en España. Su trabajo “de prestado” le permite mantenerse ocupado, pero no le ofrece independencia ni estabilidad. Esta situación hace que sus escapadas a España, aunque breves, sean valiosas para él. Le permiten reconectar con su familia, disfrutar de sus hobbies y mantener cierta normalidad lejos del foco mediático.
Entre Madrid, Sanxenxo y Abu Dabi, Froilán sigue navegando entre la discreción y el interés mediático. Cada aparición es breve, medida y cuidadosamente planificada, reflejando un equilibrio entre su deseo de libertad y las limitaciones impuestas por su entorno familiar.