Guardiamarinas de Elcano cuentan que Leonor sufre un problema íntimo muy desagradable
Compartir habitación con Leonor es un suplicio

Lo que parecía un honor para muchos jóvenes guardiamarinas del Juan Sebastián de Elcano terminó convirtiéndose en un auténtico quebradero de cabeza. Cuando se anunció que Leonor embarcaría en la emblemática goleta, muchos se frotaron las manos pensando en la anécdota que podrían contar el resto de su vida: haber convivido con la futura Reina de España en alta mar. Sin embargo, la convivencia con la Princesa de Asturias ha resultado ser bastante más complicada de lo que nadie imaginaba.
Al principio, todo eran miradas de curiosidad y cierta expectación. Pero, con el paso de los días, el entusiasmo inicial se ha convertido en resignación, e incluso en enfado. Y no precisamente por su carácter, que tampoco ha ayudado a suavizar las tensiones, sino por un motivo mucho más mundano: Leonor no deja dormir a nadie.
Los ronquidos de Leonor, un secreto a voces a bordo
Lo que nadie esperaba es que la mayor pesadilla de los guardiamarinas del Elcano serían las noches interminables sin pegar ojo. Mientras la hija de Felipe VI y Letizia duerme plácidamente, sus compañeros apenas pueden cerrar los ojos por culpa de los ronquidos de la Princesa, que retumban en los camarotes como un motor encendido.
La situación ha llegado a tal punto que algunos han solicitado, sin éxito, que Leonor sea trasladada a un camarote privado para que puedan descansar en paz. De hecho, según han revelado familiares de los compañeros de Leonor, la propia Princesa habría intentado forzar este cambio alegando que, por su posición, no debería compartir espacio con nadie.
La Princesa, cada vez más aislada
Entre el ruido nocturno y el carácter reservado que Leonor mantiene durante el día, la Princesa de Asturias ha terminado por aislarse de sus compañeros, quienes, cansados de noches en vela, han optado por mantener la distancia. Lo que comenzó como una oportunidad única para conocer de cerca a la futura Reina, se ha transformado en un ambiente cargado de incomodidad y tensión a bordo del Elcano.
El mito de la unión y la camaradería que suele vivirse en las travesías del buque escuela se ha roto para muchos de estos jóvenes, que cuentan los días para volver a tierra firme y recuperar sus horas de sueño. Porque, aunque nadie lo dirá abiertamente, Leonor se ha convertido en la compañera más temida del barco.