Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia han logrado consolidar su relación en medio de la controversia. A pesar de los rumores que auguraban su separación, la pareja sigue adelante, disfrutando de un estilo de vida que pocos se imaginaban para ellos. Alejados de las tensiones con la familia real, los dos se entregan a un lujo que no pasa desapercibido para los medios. Aunque Iñaki asegura que vive con una pensión de 900 euros, los hechos parecen demostrar lo contrario.
Escapadas en yate y lujo a expensas del dinero familiar
En un reciente reportaje de El Cierre Digital, se revela cómo la pareja ha podido disfrutar de unas lujosas escapadas. Durante la Semana Santa, decidieron abandonar Vitoria para embarcarse en un yate de lujo, surcando las aguas del Mediterráneo. Aunque en un principio pensaron en visitar Palma de Mallorca, la prohibición del rey Felipe VI les obligó a cambiar de destino. Así, sin pensarlo mucho, alquilaron un yate cuya tarifa diaria podría superar los 6.000 euros, lo que pone en duda las declaraciones de Iñaki sobre su pensión de 900 euros.

De acuerdo con diversas fuentes, Iñaki habría recibido una indemnización millonaria después de rechazar escribir un libro, lo que explicaría el lujo en el que vive. Además, cobra una cantidad mensual que también parece dispararse a los 25.000 euros. Estas transacciones, supuestamente gestionadas por Juan Carlos I desde Suiza, han permitido a Iñaki y Ainhoa mantener su elevado estilo de vida. Aunque él siga asegurando que su pensión es de 900 euros, la diferencia con su realidad es evidente.
¿Boda a la vista? La relación que desestabilizó la familia real
Después de casi cuatro años de relación, Iñaki y Ainhoa se consolidan como una pareja estable. A pesar de las críticas y la desconfianza inicial, han sabido sobreponerse a los obstáculos, incluidos los problemas de Iñaki con la familia real. Su distanciamiento de la Infanta Cristina ha sido clave para dar paso a esta nueva etapa, y aunque algunos rumores apuntan a una boda inminente, la situación es incierta.
El exduque de Palma, que hasta hace poco era considerado una pieza rota dentro de la familia Borbón, parece haber tomado las riendas de su vida y, acompañado de Ainhoa, disfruta ahora de una nueva etapa lejos de los escándalos familiares. Sin embargo, su relación sigue estando marcada por las tensiones con los Borbón, quienes nunca vieron con buenos ojos su desvinculación.