Jaime de Marichalar supera los 30.000 euros en el vicio caro de la Victoria Federica

La debilidad de Jaime de Marichalar es su hija

Jaime de Marichalar supera los 30.000 euros en el vicio caro de la Victoria Federica

Victoria Federica se ha convertido, por méritos propios, en una de las figuras más reconocidas de la Casa Real. La hija de la infanta Elena ha sido capaz, gracias a su papel en las redes sociales, de ganarse el cariño y el interés de una gran cifra de personas, las cuales siguen muy de cerca todo lo que hace la influencer. Una situación que no acaba de convencer ni a Felipe VI ni a la infanta Elena, que preferirían que Victoria Federica fuera un poco más introvertida y menos abierta a la hora de mostrar su vida en redes.

En este sentido, a quien le encanta el camino que ha elegido la joven, es a su padre. Jaime de Marichalar está más que orgulloso de Victoria Federica y, lejos de cortarle las alas se ha comprometido a apoyarla para que crezca tanto como quiera en las redes sociales. De este modo, nunca le ha negado ninguna ayuda por cara que haya sido.

Vic

Jaime de Marichalar satisface el mayor vicio de su hija

En este sentido, Victoria Federica siempre ha tenido un gran sentido de la estética. No le gusta aparecer desarreglada ni descuidada. Pues su imagen depende de aparecer siempre con una apariencia absolutamente impoluta. Es por este motivo que las grandes inversiones de Victoria Federica siempre han sido a la hora de realizarse algunas pequeñas modificaciones estéticas con la idea de perfeccionar su rostro.

Sin embargo, lo que comenzó como un pequeño retoque en su nariz, ha acabado siendo una reconstrucción de varias de las partes que no le convencían de su rostro. Lo que acabó sumando un gasto total de unos 30.000 euros. Gasto que en ningún momento asumió la nieta de Juan Carlos I, sino que siempre corrió a cuenta de su padre, un Jaime de Marichalar que nunca ha sido capaz de tener un no para su hija.

Así pues, lejos de hacer que Victoria Federica se costeara su vicio a las operaciones estéticas, fue el propio Jaime de Marichalar que, desestimando las recomendaciones de la infanta Elena, acabó poniendo más de 30.000 euros de su bolsillo para cumplir los caprichos estéticos de su querida hija.