Juan Carlos I aumenta el sueldo que paga todos los meses a sus nietos
El emérito mantiene contentos a sus nietos
La figura de Juan Carlos I vuelve a colocarse en el centro de la polémica. El emérito, lejos de desaparecer del mapa, ha decidido reforzar su papel dentro de la familia a golpe de talonario. En los últimos meses ha incrementado la cantidad mensual que destina a sus nietos, un gesto que en Zarzuela se interpreta como un intento de mantenerlos bajo su amparo, a pesar de la distancia que siempre lo ha separado de su hijo Felipe VI.
Lo cierto es que, desde hace años, el exmonarca se ha convertido en el sostén económico de sus descendientes más jóvenes. Les financia estudios, alquileres y hasta lujos que para cualquier otro joven de su edad serían impensables. A excepción de Leonor y Sofía, cuyos padres rechazan tajantemente este tipo de ayudas, el resto de nietos recibe cada mes una cantidad que roza lo desorbitado. Hasta hace poco eran 6.000 euros, pero ahora Juan Carlos I ha decidido elevar la cifra a 7.000, consciente de que ya todos han alcanzado la mayoría de edad y multiplican sus gastos.

Los nietos de Juan Carlos I se aprovechan de su poder
Y es que, mientras en la Casa Real se insiste en proyectar una imagen de austeridad, la realidad privada muestra un escenario muy diferente. El emérito nunca ha escatimado cuando se trata de su familia y, menos aún, de sus nietos. Froilán es, sin duda, su gran protegido. Lo defiende, lo excusa y lo sostiene como nadie, viendo en él un reflejo de su propio carácter. A su lado, también Victoria Federica ha sabido aprovechar la generosidad de su abuelo, que no duda en abrir la cartera siempre que sus nietos lo reclaman.
De este modo, el emérito se convierte en el gran financiador en la sombra. Sus transferencias mensuales garantizan a los nietos una vida cómoda, con viajes, coches y todo tipo de caprichos que, en la práctica, alimentan la distancia con la realidad de su generación. No hay rastro de control fiscal ni de transparencia, solo la palabra de quien todavía maneja fortuna e influencias.
Así pues, la relación entre Juan Carlos I y sus nietos está marcada por el dinero. Más allá del cariño, el vínculo se cimenta en una dependencia económica que refuerza la figura del abuelo generoso y poderoso. Un papel que, pese a los escándalos y la edad, sigue desempeñando con firmeza, aunque a costa de mostrar un contraste hiriente con la austeridad que la monarquía intenta vender al resto del país.