Juan Carlos I fue humillado por Leonor ante los invitados a la comida de El Pardo
Un encuentro familiar marcado por la distancia y la formalidad entre abuelos y nietas
La comida en El Pardo reunió a varios miembros de la familia real, pero no todos los encuentros fueron como se esperaba. Leonor y Sofía, las hijas de los reyes, vieron a su abuelo Juan Carlos I después de casi un año sin verse, pero el reencuentro estuvo marcado por la distancia. Lejos de acercarse para compartir un momento familiar, la princesa Leonor mantuvo la formalidad y apenas intercambió unas palabras con su abuelo: un saludo rápido y un adiós casi inmediato. La infanta Sofía se comportó de manera similar, dejando claro que, a pesar de la ocasión, la relación con Juan Carlos no estaba en su mejor momento.
La ausencia de cercanía contrastó con la actitud de otros miembros de la familia. Froilán y los Urdangarin, por ejemplo, mostraron complicidad y cercanía, compartiendo risas y conversaciones a lo largo de la jornada. Elena y Cristina también estuvieron muy unidas, formando un bloque sólido frente a la tensión que se percibía en otros rincones de la mesa. En este contexto, la fría interacción de Leonor y Sofía con su abuelo resaltó más, dejando ver la distancia emocional que ha ido creciendo durante el último año.

Un “hola y adiós” que dice mucho
El breve saludo de Leonor a Juan Carlos I fue más que un simple gesto: simboliza un distanciamiento que no se había hecho tan evidente hasta ahora. Después de casi un año sin contacto directo, el encuentro de El Pardo no sirvió para acercar posiciones, sino todo lo contrario. Los invitados presenciaron cómo la nieta mayor del rey emérito optó por la formalidad y la discreción, evitando cualquier momento de cercanía con quien ha sido una figura clave en su historia familiar.
Este gesto, aunque sutil, fue interpretado por algunos como una especie de humillación, no por intención explícita, sino por el contraste con el afecto mostrado por otros miembros de la familia. En la vida de la realeza, donde las apariencias y los gestos cuentan más que las palabras, un simple “hola y adiós” puede transmitir más de lo que parece. Mientras Froilán y los Urdangarin reforzaban la imagen de unidad familiar, la actitud de Leonor y Sofía dejó entrever las tensiones que siguen existiendo, recordando que incluso los lazos de sangre pueden estar marcados por la distancia y los desencuentros.