Juan Carlos I no atiende a razones a pesar de saber que está gravemente enferma
Cuando Juan Carlos I decide algo no hay quien haga que cambie de opinión

Juan Carlos I ha dicho basta. Se ha hartado de que lo critiquen sin ningún tipo de miedo a que se emprendan medidas legales en su contra. Es por este motivo que después de considerar que Corinna Larsen y Miguel Ángel Revilla le faltaban gravemente al respeto. El emérito vio como el cántabro y su examante suiza se quedaban a gusto con unas críticas que colmaron su paciencia y lo llevaron a tomar una decisión inédita hasta ahora. Pues, tras décadas aguantando los chaparrones, Don Juan Carlos ha decidido que va a pasar al ataque contra el que hable mal de él.
Sin embargo, esta decisión de Juan Carlos I no ha gustado ni un pelo en Zarzuela, donde consideran que no podía haber emprendido un camino menos acertado para el bien de la Casa Real y de todos sus integrantes. Y es que el emérito nunca se preocupó de los problemas que podía causar el gran escándalo alrededor de sus denuncias. Una situación que está afectando muy gravemente a la salud mental de la reina Sofía.
Felipe VI ha pedido a su padre que retire sus demandas
Ante el delicadísimo momento por el que está teniendo que pasar la reina Sofía, Felipe VI le ha tenido que pedir a su padre que ponga fin, de una vez por todas, a sus acciones legales. Le está dando alas a Corinna y a Revilla para que sigan cargando contra él sin ningún tipo de miramiento y sin tener que justificarse por nada. Además, Sofía sabe que si Corinna habla, ella quedará en un muy mal lugar. Lo que ha comenzado a afectar muy severamente a la vida de la emérita que, según ha revelado Pilar Eyre, está muy enferma.
Juan Carlos I no va a rectificar en nada
Según hemos podido saber, poco le importa a Don Juan Carlos, lo que le pueda pasar a la reina Sofía, ya sabe que ha dejado de comer y de dormir y que está comenzando a quedar muy débil físicamente. Sin embargo, no hay nada más fuerte que una sed de venganza que ha hecho que el emérito tome una decisión muy dura y al que nadie va a poder hacer entrar en razón.
Así pues, lejos de atender a unas razones más que lógicas, Juan Carlos I está empeñado en hacer valer su orgullo y su voluntad a la hora de tomar medidas muy severas contra Corinna Larsen y Revilla. A pesar de que le cueste la saluda a Doña Sofía.