Juan Carlos I tiene dificultades graves de salud que obligan a sacarlo de Abu Dabi

El emérito quiere vivir en Portugal desde este mes de julio

Juan Carlos I tiene dificultades graves de salud que obligan a sacarlo de Abu Dabi

Hace mucho tiempo que la salud de Juan Carlos I no está en su mejor momento y en Zarzuela lo saben muy bien. El padre de Felipe VI ya no era capaz de moverse y unos meses atrás tuvo que mudarse a una nueva mansión en Abu Dabi porque aquella en la que se encontraba no reunía las condiciones necesarias para que el emérito pudiera vivir tranquilamente ahí. Sin embargo, con el paso de las semanas y de los meses, las cosas han empeorado significativamente para un Don Juan Carlos, cuyos problemas ya no son solamente de salud mental.

Tal y como cuenta el periodista especializado en Casa Real, Diego Arrabal, Juan Carlos I ha pedido a su hijo que le permita volver a vivir, como mínimo, a la Península Ibérica. El emérito tiene la sensación de que no va a poder seguir con vida durante mucho tiempo. Así se lo parece indicar su situación en cuanto a la salud. El emérito no levanta cabeza y la realidad es que, cognitivamente y mentalmente, está cada vez peor. Hasta los médicos recomiendan su regreso.

Juan Carlos

Juan Carlos I ya ha elegido el lugar al que volver

En este sentido, Don Juan Carlos tiene muy claro que el punto que debe elegir para volver no puede ser ningún lugar del Estado español. Felipe VI le ha prohibido vivir en España y le ha abierto la posibilidad de volver a Portugal. Un país mucho más cercano y que le permite estar en cualquier territorio de España con apenas una hora de vuelo. Concretamente, Juan Carlos I ha elegido la población de Cascais.

La elección del emérito de mudarse a Portugal viene por su sensación de que no le queda mucho tiempo de vida. Cree que sus problemas de salud irán a más y necesita, como mínimo, poder morir en la Península Ibérica y no en Abu Dabi.

Así pues, tras las últimas recomendaciones por parte de los médicos de Juan Carlos I, en Zarzuela han dado el visto bueno a que el padre de Felipe VI vuelva a vivir en la Península Ibérica. Concretamente en Portugal, donde podrá estar mucho más cerca de España y vivirá mucho más cómodo y feliz.