Juan Carlos I tiene palabras muy feas para su hijo, Felipe VI
El emérito considera que su hijo ha sido un traidor
Hace ya más de cinco años del momento en el que Felipe VI se hartó de los problemas que conllevaba la presencia de Juan Carlos I en España y tomó la contundente decisión de enviar a su padre al exilio. Esta decisión generó un auténtico terremoto interno dentro de Zarzuela. Pues, mientras que personas como Letizia o la reina Sofía entendían perfectamente esta decisión por parte del Rey de España, otros como el propio Juan Carlos I o la infanta Elena, consideraban que Felipe VI había ido demasiado lejos y que estaba cargando con una fuerza desmedida contra su padre.
Esta situación generó una brecha grandiosa entre padre e hijo. Provocando que durante años no intercambiaran ni una sola palabra y que Felipe VI le negara cualquier tipo de ayuda. Lo que hizo que Juan Carlos I, con el tiempo, fuera acumulando un gran odio y rencor dentro de su corazón. Llegando, incluso a acusar a su hijo de traicionarlo a cambio de poder.
Juan Carlos I habla muy mal de su hijo en privado
Cabe destacar que nunca vamos a escuchar a Juan Carlos I, despotricar públicamente de su hijo. El emérito es consciente de que hacer eso los hundiría a todos. Por lo que se reserva sus opiniones en privado. Sin embargo, cabe destacar que no hay ni una de dichas opiniones que pueda sonar bien para un Felipe VI que es muy consciente de que se ha ganado a pulso el odio por parte de su padre, que, según fuentes cercanas no se corta al hablar de su hijo menor.
Tal y como hemos podido saber, no hay ni un solo día en el que Juan Carlos I no se acuerde de la mala jugada que le hizo su hijo. Lo acusa reiteradamente de ser un traidor y de haberlo dejado abandonado como si de un perro se tratara, en Abu Dabi. Él considera que no hizo nada malo a lo largo de su vida y que ese exilio es absolutamente inmerecido.
Además, por si no fuera suficiente con esas palabras, Juan Carlos I culpa a su hijo de su estado grave de salud y de estar muy mal tanto físicamente como mentalmente. Ya que, según él, el hecho de estar encerrado en Abu Dabi, le genera un malestar muy grande e irremediable.
