La escoleta de Casa del Rey siempre conduce a Felipe VI al mismo lugar cuando discute con Letizia

La tensión en Zarzuela no es nueva. Desde hace años, se habla de crisis entre Felipe VI y Letizia. Y no son solo rumores. Según periodistas especializadas en la Casa Real, como Pilar Eyre, han llegado incluso a gritarse y dar portazos.

Los inicios ya fueron duros. Letizia nunca encajó del todo entre los Borbones. Nieta de taxista, divorciada, periodista... Nada de eso gustaba a Juan Carlos I ni a la reina Sofía. Lo dejaron claro desde el principio. Felipe, que ya había sacrificado relaciones anteriores por obedecer a sus padres, esta vez se plantó. Eligió a Letizia. Y estuvo dispuesto incluso a renunciar al trono por ella.

Pero las heridas no cicatrizaron. Letizia no olvidó el rechazo. Y años más tarde, ya como reina, ejecutó una limpieza total en Zarzuela. Alejó a los eméritos y también a las infantas, eliminando cualquier sombra de escándalo. Quería proteger la imagen de la monarquía y asegurar el futuro de su hija Leonor.

El ritual secreto del rey

Ese pulso de poder generó muchos enfrentamientos entre el matrimonio. Y cada vez que discutían, Felipe repetía un curioso ritual. No gritaba. No rompía nada. Simplemente se iba.

¿A dónde? A la gasolinera cerca de El Pardo. Sí, como suena. Allí, compraba unos donuts de chocolate. Se los comía con calma. Y después, volvía a palacio como si nada. Lo contó la periodista Pilar Vidal en televisión, señalando que era su manera de “escapar” del control de Letizia, sobre todo en lo relacionado con su alimentación.

Hoy las cosas han cambiado. Las hijas ya no están en casa y cada uno hace su vida. Letizia se centra en sus actos oficiales y Felipe aprovecha para viajar, ver a Leonor o reunirse con amigos. Pero si algo sigue igual, es ese rincón de escape del rey. Porque aunque todo cambie, la escoleta del rey Felipe VI siempre lo lleva al mismo lugar cuando el ambiente se tensa: la gasolinera y sus donuts de chocolate.