La infanta Cristina comunica a sus cuatro hijos la gravedad del diagnóstico y empieza a preparar a la familia

Un paso íntimo y necesario ante una situación que mantiene en vilo al entorno familiar

La infanta Cristina comunica a sus cuatro hijos la gravedad del diagnóstico y empieza a preparar a la familia

La familia real española vive días de preocupación y recogimiento. La infanta Cristina ha tomado una de las decisiones más difíciles a nivel personal: sentarse con sus cuatro hijos y hablarles con sinceridad sobre el delicado estado de salud de su tía Pecu, Irene de Grecia. La enfermedad que padece desde hace tiempo ha empeorado de forma notable y los médicos ya no esconden la gravedad del momento. Ante esta realidad, Cristina ha optado por la honestidad y la preparación emocional.

Consciente de que no se trata de una noticia fácil de asumir, la infanta ha querido que Juan, Pablo, Miguel e Irene comprendan la situación sin rodeos. Su intención no ha sido alarmar, sino acompañar. Prepararlos para un escenario doloroso, pero real. Irene de Grecia ha sido siempre una figura muy cercana dentro del núcleo familiar, especialmente vinculada a la reina Sofía y muy presente en la vida de Cristina, que la considera un apoyo fundamental a lo largo de los años.

El deterioro de la salud de la tía Pecu ha sido progresivo, pero en las últimas semanas se ha acelerado. Cristina ha estado en contacto constante con su madre y con el resto de la familia, siguiendo de cerca cada evolución médica. En ese contexto, entendió que sus hijos debían estar informados y emocionalmente preparados para lo que podría suceder en cualquier momento.

Irene de Grecia

Cristina, apoyo firme en los días más difíciles

Para la infanta Cristina, este proceso está siendo especialmente duro. A la preocupación se suma el vínculo emocional profundo que mantiene con Irene de Grecia, una mujer discreta, alejada del foco mediático, pero muy presente en la vida privada de la familia. Para Cristina, la tía Pecu ha sido en muchos momentos una figura casi maternal, alguien que siempre estuvo ahí sin hacer ruido.

En sus conversaciones con sus hijos, la infanta ha insistido en la importancia de la unión familiar. Les ha pedido serenidad, respeto y cariño, recordándoles que acompañar también es una forma de amar. No se trata solo de afrontar una posible despedida, sino de hacerlo juntos, sosteniéndose unos a otros y apoyando especialmente a la reina Sofía, que vive este momento con enorme tristeza.

La familia real, acostumbrada a afrontar situaciones complejas bajo la mirada pública, atraviesa ahora un trance íntimo y silencioso. Mientras la salud de Irene de Grecia continúa deteriorándose, Cristina ha decidido estar cerca, presente y disponible. Su actitud no busca protagonismo, sino ofrecer consuelo y compañía en los últimos días de una mujer profundamente querida.