La infanta Cristina gestiona millones para cuatro cuentas fuera de España a nombre de terceras personas
Cristina se encarga de la gestión de las asignaciones de Juan Carlos I
A pesar de lo aparatoso y costoso que le ha salido el divorcio con Iñaki Urdangarin, a la infanta Cristina nunca le ha faltado ni le faltará el dinero. La hija de Juan Carlos I está más que acostumbrada a contar con el apoyo incondicional del emérito, que desde siempre se ha dedicado a mantener más que complacida a las familias de sus dos hijas. Pues, tanto los Marichalar como los Urdangarin cuentan con asignaciones mensuales de varias decenas de miles de euros que les garantizan una vida llena de lujos y sin ninguna preocupación económica.
En este sentido, a diferencia de la infanta Elena, que permite que tanto Victoria Federica como Froilán gestionen de forma independiente su dinero, la infanta Cristina ha optado por una fórmula un tanto diferente para intentar mantener cierto control sobre sus hijos. Es por este motivo que tiene cuatro cuentas ubicadas en Suiza, a través de las cuales gestiona el dinero que van recibiendo Juan, Pablo, Miguel e Irene.

Juan Carlos I no pone ni un euro en España
Como ya era de esperar, las cuentas de los hijos de la infanta Cristina no están ni van a estar nunca en España. Pues, para evitar la intervención del fisco español, la hija de Don Juan Carlos consideró mucho más oportuno que los ahorros de sus hijos permanecieran en Suiza, donde los impuestos son irrisorios y donde el dinero del emérito circula libremente hacia las cuentas de los cuatro hijos de Cristina e Iñaki Urdangarin.
Por lo que hemos podido saber, las asignaciones mensuales a los hijos de la infanta Cristina llegan hasta los 10.000 euros mensuales para cada uno de los nietos de Don Juan Carlos. Una cifra que debería ser más que suficiente para cubrir los gastos de cuatro jóvenes que viven de lo que les regala su abuelo y de los cuales solamente Pablo está trabajando.
De hecho, Irene ha llegado a un punto en el que ha tenido que pedir algo más de 10.000 euros para poder cubrir todos los gastos que asume en sus costosas salidas nocturnas por Londres. Una costumbre que está comenzando a replicar un Miguel al que podría acabar pasando lo mismo que su hermana.