La infanta Cristina ha presentado a su novio a sus hijos
La nueva pareja de Cristina ya conoce bien al entorno
La infanta Cristina ha dado un paso decisivo en su vida personal: ha presentado a su nuevo novio a sus hijos. Después de años de silencio y de sobrellevar la carga mediática de su divorcio con Iñaki Urdangarin, la hermana de Felipe VI parece haber encontrado la serenidad que tanto anhelaba. No se trata solo de rehacer su vida sentimental, sino de mostrar a sus cuatro hijos que existe un nuevo capítulo en el que ella se siente acompañada.
Y es que Cristina lleva tiempo instalada entre la discreción y la búsqueda de estabilidad. Su mudanza a Barcelona, donde ha adquirido un piso en la zona alta, confirma que ha decidido dejar atrás la etapa suiza. La elección no es casual: se trata de la ciudad donde comenzó su historia con Urdangarin, y ahora se convierte en el escenario donde quiere recomenzar, esta vez con un empresario catalán que se ha convertido en su mayor apoyo.

Cristina encantada con sus hijos
Los hijos de la infanta han sido testigos de esta nueva etapa. Juan, Pablo, Miguel e Irene ya conocen al hombre que comparte la vida de su madre, un gesto que para Cristina significa confianza plena. Durante meses evitó cualquier exposición pública, pero la relación lleva más de un año consolidándose en silencio. Solo después de firmar el divorcio se permitió vivirla con naturalidad, sin la presión de las miradas ni las sombras del pasado.
La realidad es que esta relación marca un punto de inflexión para la hermana de la infanta Elena. No solo rompe con la imagen de mujer atrapada en un matrimonio fracasado, sino que demuestra que, pese a las dificultades, está dispuesta a apostar por la felicidad. El empresario, de edad similar a la suya, representa estabilidad, madurez y un presente libre de escándalos. Es exactamente lo que Cristina necesitaba para empezar de nuevo.
Así pues, la infanta Cristina deja claro que el tiempo de mirar atrás ya terminó. Con el apoyo de sus hijos y la compañía de su pareja, se prepara para escribir una nueva página de su vida en Barcelona. Y aunque la herencia de su padre o los movimientos de la familia real sigan rodeándola de titulares, lo cierto es que en lo personal ha logrado lo más importante: recuperar la ilusión.