La infanta Cristina no lleva nada bien que Leonor y Sofía no quieran tener relación con sus hijos

Letizia siempre ha tratado de alejar a Leonor y Sofía de sus primos

La infanta Cristina no lleva nada bien que Leonor y Sofía no quieran tener relación con sus hijos

La infanta Cristina lleva varios años sin contar con el título de Duquesa de Palma. A raíz del estallido del Caso Nóos, se le retiró el título y se optó por borrar la figura de la hermana de Felipe VI de Zarzuela. Una decisión que vino por el hecho de que Cristina pusiera por delante su matrimonio fallido a la protección de la imagen de la Casa Real. Llegando al punto de romper por completo su relación con un Felipe VI, que, con el tiempo, ha ido sanando las heridas y ha acercado posturas con una Cristina que ahora vuelve a llevarse bien con su hermano.

Sin embargo, a pesar de que entre hermanos la relación se puede calificar de buena, la realidad es que la que no lo es tanto es la relación que mantienen Leonor y Sofía con los hijos de la infanta Cristina. Y es que, a pesar de ser primos y de no tener unas edades tan dispares (Irene y Leonor son de la misma edad), la realidad es que nunca se han llevado nada bien.

Leonor

Letizia ha jugado muy bien sus cartas

Desde que eran pequeñas, Letizia se esforzó en influir en la forma de relacionarse de sus dos hijas. No quería que Leonor y Sofía tuvieran amistades peligrosas y fue por este motivo que las fue alejando de todos sus primos. Comenzando por Froilán y Victoria Federica y terminando por los cuatro Urdangarin. Creía que, a la larga, no les harían ningún bien y ha acabado haciendo que ninguna de las dos se lleve bien con los hijos de la infanta Cristina, a la que no le gusta nada esta sensación.

La infanta Cristina no está nada a gusto con el hecho de que las manías de los padres acaben haciendo mella en la vida de sus hijos. Por lo que ya le ha transmitido a Felipe VI que le duele el hecho de ver cómo Juan, Pablo, Miguel e Irene no se hablan con Leonor y Sofía.

Sin embargo, por grande que pueda ser el disgusto de la infanta Cristina, las cosas son como son y no parece que nada vaya a poder cambiarlas.