La infanta Cristina pasa los fines de semana con el empresario con el que vive en pareja desde hace dos años
La ruptura con Iñaki Urdangarin comienza a sanar
La vida sentimental de la infanta Cristina atraviesa un momento inesperadamente sereno. Tras años de silencio y discreción absoluta, la hija de Juan Carlos I y Sofía parece haber encontrado su refugio emocional lejos de los focos. Y es que, según fuentes cercanas, la madre de Pablo, Juan, Miguel e Irene mantiene desde hace dos años una relación estable con un empresario catalán al que conoce desde hace décadas.
Y es que, después de la tormenta mediática que supuso su divorcio de Iñaki Urdangarin, Cristina optó por protegerse. Evitó aparecer en actos sociales que no fueran imprescindibles, se centró en su trabajo en fundaciones y viajó con prudencia, siempre atenta a no alimentar rumores. Sin embargo, en privado, su vida tomó otro rumbo. Ese empresario, amigo de la familia desde hace tiempo, habría sido un apoyo constante, hasta que poco a poco se transformó en algo más.

Cristina no desaprovecha ni un día libre
De este modo, los fines de semana se han convertido en su momento favorito. La infanta Cristina viaja con frecuencia a Barcelona, donde ella y su nueva pareja comparten un apartamento discreto en la zona alta en el que disfrutan de una rutina sin protocolo alguno y en completa discrición y tranquilidad. Dan paseos cortos, cenas con amigos de confianza y los planes tranquilos forman parte de su nueva normalidad. La pareja evita cualquier exposición pública, y ninguno de los dos está dispuesto a que su vínculo se convierta en tema de tertulia. Quieren vivir en el anonimato y que los dejen tranquilos, también por el bien de él, que no quiere ser notiic para nada.
La realidad es que todos los hijos de la infanta ya lo conocen. Incluso, aseguran quienes han visto esas reuniones, lo han recibido con afecto, sorprendidos por la calma que transmite a su madre. No hay prisas ni grandes anuncios. La prioridad de Cristina sigue siendo su familia, pero ahora con un espacio para ella misma que llevaba años sin concederse.
Así pues, mientras los focos siguen persiguiendo otros asuntos de la Casa Real, Cristina escribe en silencio un capítulo distinto. Una etapa donde, por fin, parece haber hallado equilibrio y compañía sin renunciar a la privacidad que tanto valora.