La infanta Cristina, preocupada por el trastorno de personalidad que sufre Iñaki Urdangarin
Los que conocen a Urdangarin apenas lo reconocen
El paso por prisión de Iñaki Urdangarin marcó un antes y un después en su vida. El exduque de Palma, que en otro tiempo fue un hombre sereno, calculador y lleno de vitalidad, salió de la cárcel convertido en alguien distinto. Nadie en Zarzuela esperaba un cambio tan profundo, ni siquiera la propia infanta Cristina, que vio cómo el padre de sus cuatro hijos regresaba con un carácter inestable y una manera de ser irreconocible.
La realidad es que, desde su salida en libertad, los gestos y actitudes de Urdangarin encendieron todas las alarmas en la familia real. Ya no era aquel hombre atento y firme que había acompañado durante décadas a la infanta. Lo que emergió fue una persona marcada por un claro trastorno de personalidad: desconfiado, distante y con episodios de desconcierto que lo alejaban incluso de sus propios hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene. Un golpe emocional que dejó a todos descolocados y que se convirtió en motivo de conversación privada dentro de los muros de palacio.

Nadie reconoce a Iñaki Urdangarin
Y es que fue el propio Juan Carlos I, en confidencias, quien llegó a admitir que apenas reconocía al hombre en el que se había transformado su antiguo yerno. El que antaño se mostraba frío y seguro se revelaba ahora como alguien frágil, con cambios bruscos de humor y una dependencia emocional inesperada. A ello se sumó una repentina inclinación religiosa, que lo llevó a pasar horas leyendo libros de espiritualidad y buscando respuestas que parecían nunca llegar.
De este modo, el entorno más cercano consiguió convencerlo para que iniciara un proceso terapéutico. Las sesiones con especialistas intentan desentrañar qué desencadenó este trastorno de personalidad durante su estancia en prisión, y aunque los avances han sido lentos, poco a poco Urdangarin habría recuperado cierta estabilidad. Aun así, su fragilidad persiste, y los informes médicos que recibe periódicamente la infanta Cristina no dejan lugar a dudas: su exmarido todavía libra una batalla silenciosa consigo mismo.
Así pues, la preocupación de la infanta Cristina por el estado de Iñaki Urdangarin sigue siendo real. Aunque sus caminos sentimentales se separaron en 2022, Cristina no ha dejado de estar pendiente de su bienestar. Y es que, más allá de los escándalos y las rupturas, lo que pesa en el corazón de la infanta es el profundo cambio que marcó la vida de un hombre que, tras su paso por prisión, jamás volvió a ser el mismo.