La infanta Cristina rehace su vida con un empresario de Barcelona amigo de Iñaki Urdangarin

La infanta Cristina inicia una etapa marcada por la discreción y la serenidad

La infanta Cristina rehace su vida con un empresario de Barcelona amigo de Iñaki Urdangarin

La infanta Cristina está comenzando una nueva etapa en su vida. Después de años marcados por su relación con Iñaki Urdangarin y un divorcio complicado, ha dado un giro hacia la estabilidad emocional. Y parte de ese cambio tiene nombre y apellido, aunque se mantiene en la discreción: un empresario barcelonés, amigo del propio Iñaki, que siempre formó parte del círculo común cuando Cristina aún estaba casada.

No es alguien nuevo en su vida. Se conocían desde hace años, pero fue tras la separación cuando la conexión se volvió más profunda. Primero, encuentros esporádicos. Luego, visitas cada vez más frecuentes. Ahora, cuando Cristina está en Barcelona, él convive con ella en el piso que acaba de recuperar. Y cuando él viaja a Ginebra, también comparten tiempo. No viven juntos toda la semana, pero sí han pasado de una relación puntual a una convivencia parcial, lo que deja claro que lo suyo va en serio.

Una etapa de renovación personal

Desde su divorcio a principios de 2024, la infanta ha mostrado una imagen más relajada y vital. Se ha reconciliado con el rey Felipe VI y ha regresado a los actos institucionales. Todo esto en medio de rumores sobre tratamientos estéticos y una actitud que muchos describen como "renovada y feliz".

Infanta Cristina y Felipe VI

Además, ha comprado un piso en Barcelona, el mismo que compartió con Urdangarin al principio de su matrimonio. Una casa con historia personal que ahora se convierte en el escenario de una nueva vida. Allí, Cristina no solo tiene independencia, sino también un lugar donde compartir su día a día con su nueva pareja. La relación avanza con paso firme, aunque sin prisas. No hay fotos oficiales ni declaraciones, pero sí una realidad que se consolida. La infanta Cristina, lejos de aislarse tras el divorcio, ha apostado por reconstruir su vida desde la serenidad, el afecto y una nueva ilusión. 

Esta relación marca un antes y un después en su vida sentimental, no solo por el vínculo que los une, sino también por la madurez con la que ambos la están construyendo. Cristina, más segura, serena y centrada en su bienestar, demuestra que siempre es posible empezar de nuevo, con ilusión, pero también con los pies en la tierra.