La infanta Cristina y Elena han dejado de hablar

Tensiones crecientes en el núcleo familiar del rey emérito

La infanta Cristina y Elena han dejado de hablar

La tensión ha estallado entre las hijas del rey emérito Juan Carlos I. La infanta Cristina y la infanta Elena ya no se hablan, y el motivo principal sería la polémica demanda del exmonarca contra Miguel Ángel Revilla y la publicación de sus memorias. Mientras Elena apoya a su padre sin reservas, Cristina ha intentado frenarle sin éxito. Esta diferencia de criterio ha dinamitado su relación.

Pilar Eyre, experta en Casa Real, ha sido tajante: “Cristina se lo dijo claro: esto no te va a salir bien, papá”. La infanta menor apostaba por la discreción y la calma, consciente del desgaste que toda esta exposición mediática puede acarrear. Sin embargo, Elena, mucho más cercana emocionalmente a Juan Carlos, le ha mostrado un respaldo total. Incluso ha viajado a Sanxenxo para acompañarlo en sus cenas y reuniones con sus fieles amigos. En una de esas cenas, según Eyre, se gestó la decisión final de ir a juicio.

Infantas

La Casa Real se desmarca… y Felipe también

En Zarzuela, esta nueva ofensiva del emérito no ha hecho ninguna gracia. Felipe VI y la reina Letizia no sabían nada de la demanda hasta que fue publicada en un comunicado del despacho de abogados. El rey mantiene una relación prácticamente inexistente con su padre, y mucho menos con los círculos que lo rodean en Sanxenxo.

Eyre asegura que el rey Juan Carlos actúa por su cuenta. Cree que la Casa Real debería haberle defendido y por eso ha decidido hacerlo él mismo, a su manera. El problema es que, en el proceso, está generando más división. Ni su hijo ni Cristina lo secundan. Solo Elena, que sigue a su lado como única figura familiar de apoyo.

Este nuevo distanciamiento entre las hermanas es solo un reflejo más del caos emocional y familiar que arrastra la familia Borbón. Cristina, más prudente, ha optado por apartarse. Elena, más leal a su padre, ha tomado partido. El silencio entre ambas dice mucho más que cualquier comunicado. La grieta en la familia real no deja de crecer.  Esta ruptura silenciosa entre Cristina y Elena evidencia cómo las diferencias familiares pueden amplificarse cuando la política y el escándalo se mezclan.