La infanta Elena acaba con la relación después de años de convivencia y encuentros secretos
Iñaki Urdangarin recibía a su cuñada en la cárcel
Lo que hubo entre la infanta Elena e Iñaki Urdangarin fue mucho más que una relación familiar. Fue una amistad profunda, leal y forjada a base de silencios compartidos, visitas discretas y conversaciones eternas. Cuando todos dudaban de él, Elena apostó por Iñaki. Y cuando la tormenta del caso Nóos lo arrasó todo, fue ella quien estuvo al pie del cañón, cuidando de su hermana, arropando a sus sobrinos y acogiendo al exduque de Palma incluso cuando ya nadie más quería hacerlo.
Y es que Elena lo dio todo por mantener la unidad. En las noches más oscuras, cuando Iñaki lloraba antes de entrar en prisión, fue ella quien le sostuvo la mirada y le dio la mano. Aquella noche previa a su ingreso en Brieva, Elena y Cristina pasaron en vela, tomando infusiones, intentando consolar a un hombre que ya se sentía vencido. Y no fue un gesto aislado. Durante años, la infanta mayor de los Borbones viajó a Washington y Ginebra para acompañar a Cristina, se ocupó de los niños y hasta cedió su casa para que Iñaki tuviera un lugar tranquilo donde respirar tras sus primeros permisos penitenciarios.
La traición a la infanta Cristina lo rimpió todo
Sin embargo, todo ese cariño, toda esa complicidad, se vino abajo por una sola razón: la traición. Cuando estalló el escándalo de la infidelidad con Ainhoa Armentia, Elena no dudó ni un segundo. Para ella, Iñaki dejó de existir. No le valieron las explicaciones, ni los años de amistad. Porque si algo tiene claro la infanta Elena desde niña, es que a su hermana no se la toca.
Y es que su lealtad no tiene fisuras. Elena dejó de hablarse con Urdangarin, cortó todo contacto y jamás volvió a referirse a él en público ni en privado. Lo hizo por Cristina. Lo hizo por dignidad. Y lo hizo porque, en su mundo, los traidores no merecen segunda oportunidad.
Así pues, tras años de visitas secretas, comidas compartidas y silencios cómplices, la relación entre Elena e Iñaki murió de golpe. Lo quiso como a un hermano, pero cuando falló a Cristina, Elena lo borró para siempre.
