La infanta Elena, descompuesta, está mal, deambulaba por la calle en la madrugada de Madrid
La infanta Elena atraviesa momentos de gran dificultad personal mientras lidia con una situación familiar compleja

La situación de Juan Carlos I es crítica. Su estado físico ya no mejora y los médicos han sido claros: no volverá a caminar. La silla de ruedas se ha convertido en una extensión más de su cuerpo. El dolor, constante. Las esperanzas, mínimas. El rey emérito se encuentra en una fase de cuidados paliativos, aunque discretamente.
Esta realidad no ha sido fácil de digerir para la infanta Elena, la hija que más se ha volcado en el cuidado de su padre. Pasó largas estancias en Abu Dabi, sacrificando su vida en Madrid, para acompañarlo en la soledad del exilio. A pesar del lujo que lo rodea en los Emiratos, Elena sabe que su padre no es feliz. Le duele verlo lejos de España, donde nació, reinó y —según ella— debería despedirse.
Por eso, ha insistido en varias ocasiones ante la Casa Real para que se reconsidere su regreso. Pero, por ahora, Felipe VI mantiene el pulso firme: el regreso del emérito no entra en sus planes a corto plazo. Y eso, a Elena, la está desmoronando poco a poco.
Una madrugada que revela un estado emocional alarmante
Hace unos días, testigos aseguran haber visto a la infanta Elena deambulando por las calles del centro de Madrid de madrugada. Sola, desarreglada y con la mirada vacía. Caminaba sin rumbo claro, como si escapara de algo o de alguien. Su expresión era la de una persona rota. No había escoltas visibles, ni compañía alguna. Solo ella y su tristeza.
No es la primera vez que da señales de estar superada. En su barrio, ya es habitual verla cabizbaja, silenciosa, apenas saludando. Muchos la describen como “una sombra de lo que fue”.
Lo que más preocupa es que, según personas cercanas, la infanta no está recibiendo ayuda profesional. Parece resistirse. Pero el impacto psicológico es evidente. La enfermedad del rey emérito no solo consume su salud física. También arrastra consigo a quienes lo rodean. Y Elena, la más fiel, es ahora la que más sufre. Elena se rompe por dentro cada día, acumulando el dolor y la tristeza que ya no puede ocultar más.