La infanta Elena fue vista la madrugada del sábado descompuesta, deambulaba por Madrid perdida, está mal
El estado anímico de la infanta Elena es preocupante

Hace varios meses que en Zarzuela se respira un ambiente raro. El estado de salud de Juan Carlos I no es nada positivo y la mejora es nula. De hecho, recientemente, el equipo médico encargado de cuidar al emérito, ya le ha trasladado que los últimos resultados dejan claro que va a tener que seguir en silla de ruedas por lo que le queda de vida. El estado de su cadera es tan malo que las esperanzas son inexistentes. Por lo que ahora solamente les queda minimizar los daños.
Por otro lado, más allá del propio Juan Carlos I, la infanta Elena también se ha mostrado visiblemente afectada. La hija mayor del emérito es la más Borbón de toda la familia y no está llevando nada bien la complicada situación en la que se encuentra su padre. Elena pasa largas temporadas en Abu Dabi para ayudar al emérito en su día a día y le muestra su apoyo en todo lo que necesita.
Sin embargo, a pesar de que sabe que en Emiratos Árabes no le falta nunca de nada, a Elena no le gusta ni un pelo el hecho de ver como su padre pasa los últimos años de su vida, malviviendo lejos de su hogar. De hecho, ya ha pedido a Felipe VI que permita su repatriación. Y es que la infanta Elena sabe de primera mano que su padre está en un estado absolutamente crítico.
Elena se encuentra devastada anímicamente
El hecho de estar cuidando constantemente a su padre ha acabado suponiendo un golpe muy duro para los ánimos de la infanta Elena. Los que viven cerca de ella la han visto muy mermada cada vez que sale a la calle. De hecho, rara vez es la que sale acompañada de alguien. Pues si no es para pasear a sus perros, no acostumbra a salir. Además, como relatan sus vecinos, cuando lo hace, se la ve con la cara descompuesta y con la mirada perdida. La infanta Elena da claros síntomas de estar en un proceso muy complicado a nivel psicológico.
Así pues, parece que el delicado estado de salud de Juan Carlos I está comenzando a afectar a la infanta Elena, que no puede vivir tranquila, sabiendo que su padre está a varios miles de kilómetros sin poder volver a pasar sus últimos momentos de vida en España.