La infanta Elena ha estado ingresada en la clínica de los ricos con problemas

Un destino exclusivo frecuentado por rostros conocidos y figuras discretas

La infanta Elena ha estado ingresada en la clínica de los ricos con problemas

La infanta Elena, siempre discreta pero firme en sus rutinas personales, ha vuelto a pasar unos días ingresada en una de las clínicas más exclusivas de Europa. No se trata de una hospitalización por emergencia médica, sino de una escapada habitual que realiza, al menos, una vez al año. El destino elegido, como en otras ocasiones, ha sido la clínica Buchinger Wilhelmi, situada en Marbella y famosa por su enfoque en el ayuno terapéutico y los tratamientos détox.

Este centro es conocido por recibir a celebridades y personajes de la alta sociedad. Y no es para menos: ofrece programas intensivos de desintoxicación que duran dos semanas y pueden llegar a costar hasta 30.000 euros. Elena suele acudir después del verano o tras las fiestas navideñas, épocas en las que se permite algunos excesos. La hija mayor del rey emérito busca aquí volver a su centro, física y emocionalmente.

Infanta Elena

Ayuno, calma... y rumores familiares

La metodología de Buchinger es radical, pero efectiva. Durante los días clave del tratamiento, los pacientes solo consumen líquidos: infusiones, caldos y zumos. El objetivo es vaciar, limpiar y reiniciar. Y aunque pueda parecer duro, la clínica también ofrece planes menos estrictos, con menús reducidos de hasta 800 calorías al día.

No es la primera vez que Elena pasa por esta clínica. De hecho, se ha convertido en una rutina privada que guarda con total hermetismo. Sin embargo, su presencia no pasa desapercibida. En los últimos años, otros miembros de su familia también han sido relacionados con estos tratamientos. Entre ellos, su hijo Froilán, cuyo cambio físico ha dado pie a rumores. Algunos apuntan a que él también habría seguido un plan de adelgazamiento similar, quizá incluso asesorado por la misma clínica, aunque sin confirmación oficial.

Lo cierto es que Buchinger no es una clínica cualquiera. Es un refugio de salud para quienes pueden permitírselo. Y la infanta Elena, alejada de los focos pero siempre cuidando de sí misma, no duda en acudir cuando lo necesita. Una rutina silenciosa, pero reveladora. Una rutina silenciosa, pero reveladora, que deja entrever cómo incluso la realeza necesita parar, resetear… y cuidarse en cuerpo y alma.