La infanta Elena no le habla, iban juntos a misa, eran íntimos, pero ahora solo hay desprecio
La traición a la infanta Cristina dejó muy decepcionada a Elena
La relación que la infanta Elena e Iñaki Urdangarin mantenían no era la de dos cuñados que solo se llevan bien, la realidad es que eran amigos de verdad. De esos que se apoyan incluso en los momentos más complicados de su vida y de los que comparten todo lo que les pueda llegar a pasar. Sin embargo, como todas las relaciones que puede llegar a haber en Zarzuela, se acabó pudriendo. Los engaños, decepciones y faltas de respeto de Iñaki Urdangarin a la infanta Cristina, hermana pequeña de Elena, la llevaron a perder cualquier tipo de aprecio por el que ya es su ex cuñado.
En este sentido, tal y como se ha contado desde fuentes cercanas a la infanta Elena, la hija mayor de Juan Carlos I se encargó de ser la anfitriona de Urdangarin, tanto antes como después de que ingresara en prisión, incluso iban juntos a misa, Elena era uno de los más grandes apoyos de Iñaki en lo emocional y trató de hacer que se sintiera acompañado en todo momento. Elena se comportó como una amiga de verdad cuando el resto de los Borbón habían dejado solo a Iñaki.

Todo cambió con la llegada de Ainhoa Armentia
La realidad es que el momento en el que se publicaron las imágenes de Iñaki Urdangarin junto a Ainhoa Armentia todo se rompió. La infanta Elena era amiga del que fuera Duque de Palma, pero ante todo era y sigue siendo la hermana mayor de la infanta Cristina. De modo que, lejos de perdonar a su entonces cuñado, Elena optó por ponerse del lado de su hermana y dejó de hablar con un Iñaki Urdangarin por el que solamente guarda un sentimiento de resentimiento y desprecio.
Además, todo empeoró durante el proceso de divorcio entre Iñaki y Cristina, las peticiones del que fuera Duque de Palma a cambio de guardar silencio eran totalmente desproporcionadas y lo llevaron a ganarse el odio de todos los Borbón, Elena incluida.
Así pues, la traición de Iñaki Urdangarin a la infanta Cristina fue lo que acabó llevando a la infanta Elena a tomar la decisión de romper por completo su amistad, para solamente guardar rencor y desprecio hacia la figura de Urdangarin.