La infanta Elena se aloja en la mansión de su padre a dos horas de Madrid

La infanta Elena se traslada temporalmente para estar cerca de su padre

La infanta Elena se aloja en la mansión de su padre a dos horas de Madrid

La infanta Elena siempre ha sido discreta. Prefiere mantenerse alejada del foco mediático. Su principal objetivo es proteger tanto el reinado de su hermano, Felipe VI, como a sus padres. A lo largo de los años, ha demostrado ser la más “Borbón” de la familia. Siempre ha defendido a su padre, Juan Carlos I, incluso en decisiones controvertidas como su exilio a los Emiratos Árabes.

Elena intentó en varias ocasiones que el emérito permaneciera en España. Llegó a reformar su vivienda para adaptarla a las necesidades de su padre, con problemas de movilidad. También se encargó de organizar el traslado de Froilán a Abu Dabi, cumpliendo con las instrucciones de Felipe VI. Sin embargo, hoy ni su hijo ni su padre viven en los Emiratos. Juan Carlos I se ha trasladado más cerca de Madrid, en la zona de Cascais, Portugal, gracias a la insistencia de las infantas. Esto permite que la familia esté más unida y pueda visitarle con facilidad.

Juan Carlos I

Reencuentro en Portugal

Este verano, la infanta Elena ha aprovechado las vacaciones para estar junto a su padre. Juan Carlos I, de 87 años, enfrenta serios problemas de movilidad debido a su avanzada artrosis. Las múltiples operaciones y tratamientos no han logrado mejorar su situación. Por eso, la presencia de Elena resulta fundamental.

La madre de Victoria Federica y Froilán se ha instalado en la mansión con el equipo de seguridad del emérito. Sus nietos también han podido visitarle, y la infanta Cristina se ha sumado al encuentro. Todos se han reunido en Portugal, demostrando que Juan Carlos I pasará sus últimos días cerca de España. Abu Dabi parece quedar atrás, y la familia Borbón disfruta de unos momentos más tranquilos y cercanos.

Este verano marca un cambio en la dinámica familiar. La cercanía física permite que Elena siga cumpliendo su papel de cuidadora y mediadora entre su padre y el resto de la familia. También refleja un gesto de unión, donde la prioridad es el bienestar del emérito, en un entorno seguro y familiar. La discreción sigue siendo la norma, pero la presencia de la infanta Elena demuestra que, cuando se trata de la familia, no hay distancias que importen.