La infanta Sofía repudia a la estilista de Letizia porque la viste como una señora mayor
Los estilos que le ofrece le parecen horrendos
La última recepción en Marivent ha dejado un reguero de titulares, y no solo por la presencia de políticos, empresarios y personalidades que cada verano acuden al cóctel de los reyes. Este año la mirada se centró en las hijas de Felipe VI y Letizia, que debutaron en un evento oficial de este calibre. La expectación era máxima, pero el resultado ha generado una fuerte polémica: los estilismos elegidos para Leonor y, sobre todo, para la infanta Sofía, han provocado un auténtico rechazo.
Y es que las críticas no se hicieron esperar. En vez de mostrar la frescura y juventud propias de sus edades, las dos hermanas aparecieron con vestidos rígidos, de corte clásico y completamente alejados de la moda juvenil. En redes sociales, los comentarios fueron unánimes: parecían “disfrazadas” de mujeres mayores. La decepción fue mayor porque se trataba de su primera aparición oficial conjunta en un acto de verano, ocasión que muchos esperaban ver como un soplo de aire fresco en la monarquía.

La infanta Sofía ha dicho basta
La realidad es que, según fuentes cercanas a palacio, la mano de la estilista de Letizia estaría detrás de estas elecciones. Se dice que la reina prefiere que sus hijas mantengan un perfil discreto, incluso apagado, para no eclipsarla a ella. Un control férreo que termina imponiendo prendas serias y nada favorecedoras. Pero ahora, con la mayoría de edad alcanzada por Sofía, la situación amenaza con romperse. La joven ya no oculta su enfado y estaría decidida a plantarse.
De este modo, la infanta Sofía habría protagonizado sus primeros desencuentros con la estilista y con su propia madre. “No quiero parecer una señora mayor”, habría dicho en un tono firme, según relatan fuentes próximas al entorno familiar. El hartazgo es evidente: Sofía quiere elegir sus propias prendas, reflejar su edad y sentirse cómoda. De hecho, empieza a comprender la incomodidad que en su momento mostró Leonor, cuando también expresó su rechazo a algunos atuendos impuestos.
Así pues, lo que parecía un detalle superficial se ha convertido en un símbolo de rebeldía silenciosa dentro de la Casa Real. La infanta Sofía ya no está dispuesta a ser vestida a conveniencia de otros, y reclama el derecho a proyectar su verdadera personalidad. Un gesto que marca un antes y un después en su relación con la imagen pública y que podría generar nuevas tensiones en Zarzuela.