La infanta Sofía tiene una relación de amor odio con su madre porque Leonor es su ojito derecho
Los roces y las complicidades que marcan la relación entre madre e hija
La relación entre la reina Letizia y la infanta Sofía ha sido comentada por muchos. Aunque en público se muestran cercanas, existen señales de que Sofía no siempre se siente valorada igual que su hermana, la princesa Leonor. Desde que Leonor se convirtió en la heredera, todo parece girar a su alrededor. La reina se desvive por ella, cuida su imagen y siempre está pendiente de cada detalle para que destaque.
En cambio, Sofía parece pasar más desapercibida. Incluso en actos oficiales se nota que suele llevar zapatos más bajos que los de Leonor, como si inconscientemente se le colocara un escalón por debajo. Sus looks suelen ser más discretos, y su presencia menos comentada. Esta diferencia no significa que Letizia no la quiera, pero sí refleja que su atención se centra en la heredera. La sensación de favoritismo ha generado en Sofía una mezcla de amor y frustración hacia su madre: quiere estar cerca, busca su aprobación, pero a veces siente que nunca será suficiente.

Sofía y su búsqueda de identidad
Con el tiempo, Sofía ha aprendido a manejar esta situación a su manera. Ha comenzado a desarrollar su propia personalidad y estilo, intentando no compararse constantemente con Leonor. Sus gestos, su forma de vestir y su actitud en público muestran a una niña que busca independencia, aunque aún necesita la cercanía de su madre.
El amor-odio que siente Sofía hacia Letizia no es raro. Muchas hermanas menores de figuras destacadas sienten la presión de estar a la sombra de la mayor. La diferencia es que en este caso todo ocurre frente a los ojos del público. Sofía, sin duda, percibe que Leonor recibe un trato especial, y esto alimenta su sensación de ser la “segunda”. Sin embargo, también hay momentos de complicidad y ternura, donde se ve que existe un vínculo genuino entre madre e hija.
La historia de Sofía demuestra que incluso en familias tan visibles como la de los reyes, los niños buscan su espacio y su lugar. El hecho de que Leonor sea la heredera marca una línea clara de prioridades, pero también enseña a Sofía a fortalecerse, a encontrar su voz y a construir su identidad lejos de comparaciones. Su relación con Letizia es compleja, sí, pero también llena de cariño. Entre amor y cierta distancia, Sofía sigue creciendo, aprendiendo a aceptar su rol y a valorarse a sí misma.