La infanta Sofía y Leonor no tiene trato con su abuela, la reina Sofía
Una relación marcada por la distancia y los encuentros contados
Aunque la Casa Real española mantiene una imagen de unidad y cercanía, la realidad privada es muy distinta. La reina Sofía, a sus 85 años, apenas tiene contacto con sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Solo las ve cuando la agenda oficial lo exige, y esos encuentros suelen ser breves y formales. En la vida cotidiana, la relación prácticamente no existe.
Fuentes cercanas y periodistas especializados aseguran que Letizia ha sido determinante en esta distancia. Desde el nacimiento de sus hijas, la reina emérita no tuvo acceso libre a momentos íntimos con ellas. Las rutinas, los juegos y las pequeñas confidencias quedaron reservadas para Paloma Rocasolano, madre de Letizia, quien se convirtió en la abuela presente y constante. Hoy, Sofía de Grecia ocupa un papel casi secundario, ausente de la vida de sus nietas más allá de los actos protocolarios.

Apariencia pública versus realidad privada
Esta brecha quedó patente durante algunos eventos, como la misa de Pascua en Palma de Mallorca. La reina Sofía intentó acercarse para tomarse una foto con Leonor y Sofía, pero las niñas se retiraron ante la insistencia de Letizia. La escena, captada por la prensa, evidenció la falta de cercanía entre abuela y nietas. En público, la cordialidad se mantiene; en privado, la conexión es prácticamente nula.
Pilar Eyre destaca que la emérita pasa largos períodos en Zarzuela sin ver a las hijas de Felipe VI. Solo Paloma Rocasolano acompaña a las princesas en actos, viajes y hasta en compras. Esta situación no solo refleja tensiones internas, sino también cómo las decisiones de Letizia han configurado la relación de sus hijas con la familia materna.
Mientras la agenda oficial de la Casa Real continúa, con Leonor y Sofía cumpliendo responsabilidades académicas y protocolares, la vida privada muestra otra realidad. La reina Sofía, un símbolo histórico y figura clave de la monarquía española, se mantiene alejada de la próxima generación que llevará el apellido Borbón. Su consuelo: otros nietos que sí la visitan y mantienen contacto con ella, aunque en lo que respecta a Leonor y la infanta Sofía, la distancia sigue siendo la norma.