La reina Sofía ayudó a su hija a acabar con la adicción que ponía en riesgo su salud

Una intervención discreta que refleja el compromiso de Sofía con el bienestar de su familia

La reina Sofía ayudó a su hija a acabar con la adicción que ponía en riesgo su salud

La reina Sofía ha sido, durante décadas, un pilar silencioso pero firme dentro de la Casa Real. Siempre discreta, siempre correcta. Incluso cuando el escándalo rodeaba a su marido, el rey Juan Carlos, ella mantuvo la compostura. Su imagen pública sigue siendo la de una mujer serena, fiel y entregada a su familia. Pero, más allá de los focos, Sofía también ha sido una madre implicada. Especialmente con sus hijas, Elena y Cristina, a quienes ha apoyado incluso en los momentos más difíciles.

Uno de esos momentos fue cuando la infanta Elena no conseguía dejar el tabaco. Empezó a fumar muy joven, casi como un juego de adolescentes, algo común en su época. Pero la adicción se hizo fuerte. Ni terapias, ni parches, ni médicos lograban convencerla. Su salud empezaba a resentirse y Sofía, preocupada, decidió intervenir.

La reina no se limitó a dar consejos. Tomó cartas en el asunto y llevó a su hija a sesiones de hipnosis. Era una solución alternativa, pero Sofía estaba dispuesta a probar lo que hiciera falta para que su hija rompiera con una adicción que la estaba dañando.

Infanta Elena

La hipnosis, el método inesperado

La hipnosis no fue la única vía, pero sí la que más resultado dio. Elena necesitaba un impulso que viniera de dentro, algo que le cambiara el chip. Con la ayuda de profesionales y el respaldo incondicional de su madre, consiguió reducir su consumo al mínimo. Ya no fumaba con ansiedad, ni por rutina. Poco a poco, ganó control sobre el hábito.

La infanta Cristina también se benefició de esta intervención. Aunque su adicción era menos intensa, también había heredado la costumbre de sus padres. De hecho, la propia reina Sofía fue fumadora durante años, incluso se dice que guarda puros en su bolso. Pero la preocupación por la salud de sus hijas fue más fuerte que cualquier costumbre.

Gracias a esa combinación de amor, constancia y métodos poco convencionales, las infantas consiguieron liberarse del tabaco. Una muestra más de que Sofía, más allá de los protocolos y los actos oficiales, es sobre todo una madre que protege, ayuda y no se rinde. Aunque sea en la sombra, su papel sigue siendo clave.