La reina Sofía empeora y Felipe VI y sus hermanas se reparten el cuidado, nunca la dejan sola
La familia real intensifica su apoyo ante el delicado estado de la reina Sofía
La reina Sofía atraviesa un momento delicado. Este mes de noviembre cumplirá 87 años y los achaques de la edad comienzan a notarse. No es nada fuera de lo normal, pero su ánimo preocupa. En los últimos años ha recibido noticias que la han marcado profundamente. La muerte de su hermano Constantino de Grecia, su apoyo en Londres, la dejó muy afectada. Poco después, se confirmó que su hermana Irene padece Alzheimer.
Irene, conocida como “tía Pecu”, fue siempre un refugio para Sofía. La emérita formó una familia siguiendo sus valores tradicionales, pero su matrimonio con Juan Carlos I estuvo marcado por tensiones y desengaños. La amistad y cercanía de Irene le brindaron consuelo. Ahora, con la enfermedad de Irene avanzada, Sofía siente un vacío importante. Se levanta poco de la cama y depende del personal sanitario las 24 horas. Los médicos son claros: la situación es delicada y los cuidados deben ser constantes.

Felipe VI y sus hermanas, al pie del cañón
Ante esta situación, Felipe VI y sus hermanas, Elena y Cristina, han decidido no dejar sola a la reina ni un instante. La familia ha organizado un calendario para acompañarla sin interrupciones. Durante estas semanas, hasta el 10 de agosto, estarán presentes en Palma de Mallorca: Felipe VI, Letizia y las hijas de ambos, Leonor y Sofía, se turnan para que la emérita reciba compañía constante. Después, Cristina y Elena tomarán el relevo hasta finales de mes, asegurando que Marivent quede siempre ocupado y evitando cualquier conflicto con las autoridades locales.
Este gesto refleja la unión de los hijos con su madre y la conciencia sobre la edad avanzada de todos los implicados. La familia se siente en deuda con Sofía y con Irene, su segunda madre y confidente. Cada visita busca acompañarla, reconfortarla y protegerla de la soledad. En Zarzuela, donde vive desde hace más de 50 años, se respira una preocupación constante, pero también un cariño incondicional.
Felipe VI y sus hermanas muestran que, más allá del protocolo y la imagen pública, la familia sigue siendo el pilar fundamental para la reina Sofía. Nunca estará sola. Sus hijos, nietas y seres queridos se aseguran de que cada día tenga compañía, cariño y cuidado, demostrando que incluso en la realeza, la familia es lo primero.