La reina Sofía ha sufrido malos tratos de Juan Carlos I de forma reiterada

Ni Felipe VI ni sus hermanas hicieron nada al respecto

La reina Sofía ha sufrido malos tratos de Juan Carlos I de forma reiterada

Durante años, la imagen oficial mostraba a Juan Carlos I y a la reina Sofía como un matrimonio sólido, discreto, casi ejemplar. Pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que lo suyo no fue nunca una historia de amor, ni de respeto, ni de compañerismo. Fue una condena. Para ella, sobre todo. Una condena que duró décadas, envuelta en silencios cómplices y protocolos que sirvieron para tapar una verdad incómoda: la reina Sofía vivió atrapada en un matrimonio marcado por el desprecio y, según testigos clave, por la violencia.

Y es que no hablamos de rumores sin base. Lo contó Javier Bleda y lo confirmó, en privado, nada menos que Sabino Fernández Campo, la voz más autorizada dentro del engranaje de Zarzuela durante años. Él fue quien presenció unas escenas absolutamente datescas que, de haber salido a la luz, habrían hecho tambalear los cimientos de la monarquía. Humillaciones constantes. Insultos. Patadas. Un maltrato sistemático que la Reina Sofía soportó en silencio, sin apoyo, ni siquiera de sus propios hijos, que dieron alas al maltrato de Juan Carlos I.

JC

Felipe VI y sus hermanas lo pudieron frenar

Felipe VI tuvo en sus manos la oportunidad de romper con esa herencia de dolor. Pero eligió callar. Callaron también Cristina y Elena. Porque dentro de la Casa Real todo se sacrificaba por la estabilidad institucional. Incluso la dignidad de una madre. Y eso, por mucho que se intente justificar, duele. Porque en lugar de protegerla, la dejaron sola frente al hombre que la destrozaba día a día.

No hubo denuncias. No hubo gestos públicos. Solo una consigna: aquí no ha pasado nada. Pero sí pasó. Y sigue pasando en la memoria de quienes conocieron la verdad y miraron hacia otro lado. Porque lo que vivió Sofía no se borra con actos oficiales ni con sonrisas en recepciones. Fue maltrato. Y fue real.

Así pues, la reina Sofía no solo cargó con la corona. Cargó con la violencia, con la indiferencia de sus hijos y con la obligación de fingir que todo estaba bien. Una vida de apariencias, mientras por dentro se rompía en mil pedazos. Y lo peor es que nadie, ni siquiera los suyos, alzó la voz por ella.