La reina Sofía, hundida, los médico comunican a al familia que no vivirá más de dos años

Un duro golpe para la Casa Real que pone en jaque el futuro de la reina emérita

La reina Sofía, hundida, los médico comunican a al familia que no vivirá más de dos años

La reina Sofía atraviesa uno de los momentos más duros de su vida. A sus 86 años, la emérita no solo carga con las heridas del pasado, sino que ahora también se enfrenta a un diagnóstico devastador. Según diversas fuentes, los médicos han comunicado a la familia Borbón que su salud está en declive y que, si todo sigue igual, no vivirá más de dos años.

Esta noticia ha golpeado duramente a su círculo íntimo, especialmente a sus hijos, que temen por el estado emocional de su madre. Sofía, siempre discreta y serena en público, está viviendo sus días más tristes. La soledad se ha vuelto una constante en su rutina y las pérdidas que ha sufrido en los últimos años han hecho mella en su ánimo.

En 2023, la reina tuvo que despedirse de su querido hermano, Constantino de Grecia. Un derrame cerebral acabó con su vida. Él fue uno de sus grandes apoyos desde la infancia. Ella lo visitaba con frecuencia en Londres, donde él vivía exiliado. Ese lugar era su refugio, el rincón donde se sentía en paz. Hoy, esa paz parece haber desaparecido.

Reina Sofía

Irene, su último lazo emocional, también se apaga

Pero lo que más la está afectando emocionalmente no es su propia salud, sino la de su inseparable hermana Irene. Conocida con cariño como “tía Pecu”, Irene sufre Alzheimer en un estado muy avanzado. Ya no puede caminar, tragar ni reconocer a Sofía. La situación es tan delicada que Casa Real ha decidido no mostrarla más en público.

Irene permanece en una habitación del Palacio de la Zarzuela, con atención médica constante. Su deterioro ha sido acelerado en los últimos tres años, y Sofía ha tenido que presenciar cómo su compañera de vida, aquella que siempre estuvo a su lado, se desvanece poco a poco.

Estas dos pérdidas , una real y otra emocional, han hecho que la reina emérita se hunda. Vive aislada, apagada, sin apenas fuerzas. Aunque los médicos luchan por estabilizarla, la Reina Sofía parece haber perdido algo más profundo que la salud: la esperanza. Su legado permanece, pero su corazón está roto.