La reina Sofía la pone de patitas en la calle después de 14 años por abuso

La reina Sofía hace firmar un contrato de confidencialidad a sus empleados

La reina Sofía la pone de patitas en la calle después de 14 años por abuso

La reina Sofía es una persona de carácter firme y con altos estándares, tanto para sí misma como para quienes la rodean. Desde que asumió su papel como reina de España, dedicó su vida a la institución, priorizando sus responsabilidades por encima de su faceta como madre y esposa. Su compromiso con la monarquía ha sido inquebrantable, al punto de desear permanecer en su cargo hasta el final de sus días. Sin embargo, los escándalos protagonizados por Juan Carlos I afectaron la estabilidad de la Corona y, posiblemente, truncaron su deseo de seguir en el trono. A pesar de ello, el rey Felipe VI ha optado por mantener a su madre dentro de la estructura institucional como reina emérita, en parte por el papel que ha jugado como figura de resistencia ante la crisis de la Casa Real. Su labor actual se centra en la participación en actos solidarios y religiosos, los cuales se superponen con la agenda oficial.

A día de hoy, Sofía sigue residiendo en el Palacio de la Zarzuela, en la residencia principal, situada aproximadamente a un kilómetro del Pabellón del Príncipe, donde viven Felipe y Letizia. A pesar de que su nuera ostenta el título de reina consorte, Sofía mantiene su autoridad dentro del entorno real y sigue exigiendo que se respete la jerarquía tradicional. Ella considera que su posición es superior y hace que Letizia, al igual que otros miembros de la familia, invitados y empleados, le rindan la debida reverencia. No obstante, Letizia ha implementado numerosos cambios en las normas que su suegra estableció en su momento, aunque Sofía se resiste a acatarlos y sigue imponiendo sus propias reglas dentro del palacio.

Reina Sofía EFE

La reina Sofía se quería librar de las empleadas que trabajaron a nombre de Juan Carlos I 

Los empleados de la Zarzuela son conscientes de que la relación entre Sofía y Letizia no es cordial. Sin embargo, ambas tienen un rasgo en común: una fuerte personalidad que, en ocasiones, las hace parecer arrogantes. Ambas han desarrollado una actitud de superioridad y, según algunos testimonios, no siempre tratan al personal de manera amable. Algunos trabajadores han expresado su descontento con el trato que reciben por parte de las reinas, describiéndolo como poco considerado. No obstante, la mayoría prefiere guardar silencio, ya que están sujetos a estrictos contratos de confidencialidad con cláusulas económicas significativas.

En cuanto a la reina Sofía, su nivel de exigencia con el personal es extremo. No tolera fallos ni la más mínima falta de respeto. Cualquier incumplimiento de sus normas puede derivar en un despido inmediato. Recientemente, tomó la decisión de prescindir de una de las empleadas más veteranas y cercanas a Juan Carlos I. Aunque gozaba de la confianza de la familia real, su falta de puntualidad y reiteradas ausencias llevaron a la emérita a tomar una decisión tajante e irrevocable, poniendo fin a 14 años de servicio. Según la periodista Pilar Eyre, Sofía no suele expresar abiertamente su desaprobación, pero su manera de reaccionar es clara: si una prenda no está bien planchada, no hace comentarios, simplemente la deja caer al suelo, demostrando así su inconformidad de manera silenciosa pero contundente.