La reina Sofía no usa papel higiénico
Sus hábitos muestran la disciplina que siempre ha mantenido en su vida

La reina Sofía siempre ha sido mucho más que la esposa de Juan Carlos I. Su vida ha estado marcada por la responsabilidad, el deber y una disciplina férrea. A sus 85 años, aún se mantiene activa dentro de la Casa Real, aunque como reina emérita su papel sea más discreto. Pero eso no le impide mantener intacto su estatus. Insiste en que se respete la jerarquía, tanto en actos oficiales como en su propia familia. Quiere morir siendo tratada como reina.
Sofía es una mujer educada y cordial, pero también muy exigente. Especialmente con el servicio. No tolera errores ni imperfecciones. Si una camisa no está perfectamente planchada, la lanza al suelo sin dudar. Y si algo no está como ella quiere, lo hace repetir. Muchos miembros del personal que han trabajado con ella confiesan haber sentido miedo. No por gritos, sino por la mirada. Una mirada que habla por sí sola.
El papel higiénico no entra en Zarzuela
Uno de los detalles más sorprendentes de su vida privada es que no usa papel higiénico. Sí, como lo lees. Según diversas fuentes, la reina Sofía solo se limpia con toallas de bebé. Es una costumbre que ha mantenido toda su vida. Algunos lo ven como una excentricidad, pero para ella es una cuestión de higiene. Exige baños impecables, desinfecciones constantes y limpieza extrema, tanto en Zarzuela como en cualquier hotel del mundo.
Sus viajes son cuidadosamente preparados. Todo debe estar perfectamente limpio: camas, toallas, baños. Su equipo lo revisa todo antes de su llegada. Si algo no cumple sus estándares, se cambia. Esta obsesión por el orden y la pulcritud no es reciente. Siempre fue así. En su entorno la describen como alguien escrupulosa, reservada, pero absolutamente inflexible en ciertos aspectos.
Y aunque muchos lo ven como una rareza más de la realeza, lo cierto es que Sofía nunca ha actuado para agradar. Ella simplemente vive según sus propias normas. En silencio, con firmeza. Sin papel higiénico, pero con un protocolo inquebrantable. Su riguroso cuidado personal refleja a la perfección esa mezcla de tradición y disciplina que ha definido toda su vida como reina.